El pasado año, en el cementerio madrileño de Almudena, fueron profanadas las estatuas de Lola y Antonio Flores, madre e hijo; con pintura roja perfilaron los senos a la primera y con el mismo tinte, la cara y los dedos, al segundo. Candente fue el debate por el concejal Antonio Miguel Carmona, sonado, por cierto, ante la afrenta a las esculturas.
En Sofía, Bulgaria, fue saboteado un monumento soviético. La Cancillería escribió: “Moscú confía en que las autoridades del país tomen medidas, detectar y castigar a los culpables de la profanación de este conjunto conmemorativo e impedir en lo venidero el ultraje del recuerdo de los combatientes soviéticos que dieron sus vidas para liberar del nazismo a Bulgaria y a Europa”.
Más quejas rusas, ahora a Polonia. Por informe de su embajador en Varsovia, Serguéi Andréev, quince fueron los casos de profanación contra cementerios militares soviéticos y siete, contra monumentos. Además, el embajador subrayó que 53 de 79 casos de vandalismo contra las instalaciones conmemorativas soviéticas detectadas en el extranjero en los años 2015-2016, fueron en Polonia.
Demolida la estatua de Saddam Hussein, uno de los responsables, Kadhim Al Jabbouri, está arrepentido, quien se hizo famoso por los mazazos a la escultura, y dice que le gustaría “tenerla de vuelta”. “Ahora cuando paso por donde estaba situada, siento dolor y vergüenza”, declaró para la BBC. “Estimo que nos han robado a Irak; se ha ido Saddam, pero en su lugar hay mil Hussein”.
Al inmolado Jaime Garzón, no lo dejan en paz. Independiente del asesinato, los vándalos se rebuscan con el bronce esculpido por el maestro Alejandro Hernández; la estatua del ilustre “lustrabotas” se la llevan a pedazos y por ello el gremio de escultores dijo que mientras compren material robado a las estatuas no cesarán los hurtos.La banca de Diomedes, la estatua del “Cacique de la Junta”, ha sido vapuleada en estos días. Aberrantes tomas de glúteos destapados en su cara; senos desproporcionados en la misma; réplicas horribles de caricias; ebrios encima de sus hombros con licores; perversos simulacros de consumo de alucinógenos. No hay derecho, más respeto con la memoria del cantor campesino.
Para no entrar en detalle del desnudo en la “gorda” de Botero, finalizo con esto que vimos en 1993, con el tema Amarte más no pude, de Marciano Martínez y vocalizado por Diomedes.
Un borrachito se subió en el anca del caballo de Bolívar, en el Centro Histórico, con la última empinada de una de “Tornillo”, y gritaba: “Y ya no queda nada / de aquel amor tan grande”. Un agente que rondaba por allí le gritó: “Bájese…” y él respondió, abrazado de Bolívar: “MI general, hic, no te bajes, hic… este caballo es tuyo”.
FIDEL A. LEOTTAU BELEÑO
*Rotaremos este espacio para mayor variedad de opiniones.