El pasado 8 de marzo se celebró en gran parte del mundo el Día Internacional de la Mujer. En Cartagena no fue extraño observar que les regalaran rosas, chocolates, mensajes y les desearan un “feliz día”, como si se tratara de su cumpleaños. Pero, ¿qué encierra esta conmemoración? ¿Basta con felicitarlas y regalarles flores?
En marzo de 1911, en Nueva York, Estados Unidos, ocurrió uno de los peores desastres laborales de ese país. En la fábrica de camisetas Tiangle Shirtwaist un incendio acabó con la vida de 147 trabajadoras; los dueños del establecimiento, pensando en proteger su negocio de posibles robos, habían clausurado las salidas del edificio. Casi al tiempo, movimientos de mujeres obreras en otras latitudes iniciaban reclamos y proponían instaurar el día de la mujer trabajadora.
A partir de estos acontecimientos, y luego de conmemoraciones anuales en distintas fechas y países, por acuerdo de la Asamblea General de las Naciones Unidas, en 1975 se instaura el 8 de marzo como “Día Internacional por los Derechos de la Mujer y la Paz Internacional” y se crea ONU Mujeres, entidad que busca mejorar sus condiciones de vida.
En Colombia, un avance significativo en equidad de género es el acceso de la mujer a la educación, y ahora las colombianas tienen una tasa de educación más alta que la de los hombres. Según la Encuesta Nacional de Demografía y Salud de 2015, el 56,5% de mujeres con edades entre 13 y 49 años tienen secundaria completa o más, frente al 51,6% de los hombres.
Sin embargo, las mujeres aún enfrentan serias dificultades para obtener trabajo. El mismo estudio indica que la tasa de desempleo en mujeres es casi 60% superior a la de los hombres, y cuando logran ocuparse obtienen una remuneración menor. Las diferencias salariales se suman a la larga lista de exclusión que también cuenta la baja participación en cargos directivos en los sectores privado y público. La participación de los hombres en cargos políticos es 800% mayor frente a las mujeres.
Lo anterior muestra que tenemos un país con profundas brechas de género, y que a pesar de los avances en educación se mantienen oportunidades desiguales entre ambos géneros.
Pretender encubrir la realidad con un “feliz día”, unas flores y unos chocolates es una acción contraria al propósito de conmemorar la muerte de las trabajadoras de Nueva York y de tantas otras luchadoras que exigen las mismas posibilidades que tenemos los hombres.
*Decano de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas-UTB
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