En buena hora la administración distrital, en cabeza del alcalde Duque, ejecutará el Plan Maestro de Drenajes Pluviales (PMDP), en su primera fase, una de nuestras necesidades más sentidas. Lástima que no se incluya todo el sistema ni expresamente la adaptación al cambio climático, muy relacionada con el primero y en conteo regresivo a corto plazo para colapsar, y que no admite simples paliativos ni aplazamientos. Llegó la hora de afrontarla.
No queremos como gremio de las ingenierías y arquitectura descalificar a la Empresa de Desarrollo Urbano (Edurbe) como ejecutora del plan. Si bien el manejo en encargos de mucho menos alcance desde hace mucho tiempo, ha sido un desastre, es factible implementar un ente sólido, capaz y exitoso para esta tarea, siempre que el Distrito lo dote bien, pues hoy no tiene la estructura necesaria, técnica ni administrativa ni financiera.
Hasta allí, las cosas pueden llegar a feliz término. La duda aparece si, como en múltiples ocasiones, fue escogida por ser empresa industrial y comercial del Estado no sometida al estatuto de contratación, con lo malo del sector público y las libertades del sector privado, aunque sean recursos públicos muy cuantiosos. Las obras a contratar, sin grandes dificultades de ingeniería, ameritan una escogencia transparente, de competencia entre las muchas empresas y personas naturales del departamento, región y de cualquier otro sitio, entre las muchas que estén interesadas y con resultados exitosos en proyectos similares.
Como gremio, decimos con conocimiento de causa colectivo y personal, que solo en Cartagena hay al menos 25 empresas que pueden competir, entre las cuales se puede escoger la que mejores condiciones dé. Recordemos que de todas las obras contratadas a través de la Gerencia del Plan Maestro de Acueducto y Alcantarillado, en las cuales en todos los casos hubo amplia participación, solo se recuerda la pérdida de las tuberías del emisario, con contratista chipriota e interventor inglés. Solo así, con pliegos claros, transparentes, objetivos, de oportuna publicidad y con diseños con ingeniería de detalle, se harán los mejores contratos, se previene la corrupción o se minimiza, al decir del presidente Turbay y hay mayor garantía de calidad y de cumplir los plazos.
Aprovechar la libertad del organismo ejecutor para contratar sin amplia concurrencia, en licitaciones amañadas y dirigidas a un contratista específico, sería no solo una trampa para nuestro gremio, y proceso proclive a la corrupción, perjudicial para la ciudadanía cartagenera, sino el camino más expedito para la mala calidad y para incumplir.
Nuestros agremiados pueden participar en las convocatorias, como en el pasado recordado con nostalgia, cuando para construir una escuela había hasta veinte proponentes. Ejerceremos nuestro derecho a participar con transparencia, idoneidad y con el compromiso de trabajar duro para bien de toda la ciudad.
*Presidente SIAB
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