Una gran ola de violencia continúa recorriendo al mundo, su origen está en un Tsunami histórico que cual ave de rapiña, se apoderó con ella de la riqueza y el poder. Con violencia accedieron al poder esclavizando a hombres, mujeres y niños en el mundo antiguo, construyendo palacios, apoderándose de todo y ejerciendo poder absoluto sobre la tierra.
Con violencia estos sectores dominantes arremetieron contra Jesús de Nazaret, lo crucificaron y a su hermano Santiago lo tiraron desde un muro y como no murió, lo mataron a pedradas. Con violencia hasta sicológica, ejercen poder y le señalan a muchas sectas el camino para tratar de acceder a él. Con violencia se tomaron la bastilla, usaron la guillotina en su revolución francesa guillotinando hasta al científico Lavoisier y ahora hasta homenajean a esa toma criminal, realizada bajo slogans de igualdad, fraternidad y solidaridad que dan risa, porque en su patio no existe aún la igualdad, ni la solidaridad y mucho menos la fraternidad con los pueblos del mundo.
Debe dolernos a los pacifistas y revolucionarios con las ideas, lo que hoy sucede en el planeta con malvados (as) en el poder que guían a la humanidad toda hacia un infierno para mantener no solo privilegios individuales y privados mezquinos, sino que tratan de convencernos hasta con películas de ficción, de la inevitabilidad y única razón para la existencia de la humanidad sobre el planeta tierra.
Se rasgan las vestiduras de manera hipócrita, porque un loco terrorista arremete contra “indefensos y pacíficos” ciudadanos (as) que celebraban un aniversario más de la violenta toma de la Bastilla de 1789. Celebrarla, con su guillotina a bordo fue, en un mundo irracionalizado por los gobiernos, no solo un acto de provocación de los violentos, sino, que le dice al otro, ven y véngate. Que desgracia, cayeron más de 80 asesinados por el odio y por esa cultura criminal de la violencia que acompaña a la humanidad como cualquier feroz animal.
La vida de la humanidad peligra y de pronto es lo mejor para el planeta y otras especies de su fauna y flora, con muchos avaros en el poder en EE.UU., Rusia, China, Inglaterra, Alemania y Corea del Norte.
Para Trump, el calentamiento global no existe con asesores dueños de transnacionales; para Putin, lo importante son sus aliados Sirios; para Jinping el smog pekinés no es nada; para el coreano, su armamentismo nuclear importa; y para ingleses y alemanes, el mercado mundial de bienes y servicios.
La paz cristiana, esa de enseñar al que no sabe, dar de comer al hambriento enseñándole a pescar, de beber al sediento y posada al peregrino, conciliando conflictos, es la que todos (as) debemos portar como estandarte.