Estemos o no de acuerdo, la paz atrae. Solo basta aterrizar para ver qué tan cierta es la paz, en un país donde la justicia no marcha como debe ser. Todos hacen lo que se les venga en gana, como sucede con María Victoria Sotto de Guerra, alias “La Propia”, ex primera dama del departamento de Sucre, de la anterior administración, también apodada “La señora” y hasta “la de la mochila azul”, en alusión al delincuencial bolso que usaba, insigne de las comisiones y robos en Sucre, bien descritos.
¿Puede estar la gente creyendo que habrá paz, mientras esta señora, muy adinerada por demás, al parecer robó inmisericordemente al departamento más pobre de Colombia y sigue como si nada, sin siquiera un asomo de vergüenza?¿Cuál paz? ¿Le gusta eso al trabajador diario, que no recibe sino acoso de deudas por sus estudios universitarios, los que lo lograron hacer?¿Cuántas “La Propia” hay en el país y la gente sufriendo? ¿Es bien visto, tolerable que alias “El Pichi”, es decir David Elías Guerra y su secuaz, alias “Rildo”Herazo, hayan realizado al parecer las mismas delincuenciales acciones de “La Propia” en Sucre y siguen en los clubes siendo los perversos y delincuentes otros?
No…así no habrá paz jamás. Porque resulta que la campesina Aurora murió en la miseria en San Onofre, Sucre, producto del olvido de los poderosos y sin un aliciente de vida, más que la vejez que la carcomió en la soledad de la pobreza, dejando una descendencia trabajadora en las mismas condiciones de supervivencia entre el hambre y el olvido. Para ellos no habrá paz.
Alias “La Propia” ya tiene su paz hace años, maltratando al obrero, que vive triste en las casas de cartón y “La Propia” jamás se dio por enterada, porque dar una limosna borra cualquier huella de los delincuentes. ¿Tendrán las “La Propia” de Colombia que ver con la paz? Aseguro que sí.
“La Propia”, excitada por el poder, cual afrodisiaco perfume, solo le bastó el orgasmo del dinero y mando, igual que sus compinches, sin siquiera tener la misericordia con su señor esposo, que ejercía de gobernador de Sucre, aun en la mayor de las discapacidades mentales, confirmada, mientras ella mal mandaba, según lo señalaron medios como revista Semana y las Dos Orillas, entre otros.
No hay almohada donde María Victoria Sotto de Guerra, alias “La Propia”, recueste su cabeza, que no lo sepa. Pero todo se le deja al olvido y se aspira a la paz. ¿Cuál paz? Aun así los ofendidos son ellos y les debemos disculpas…ni más faltaba.
Las acciones del atropello no siembran paz. Por muchas armas que se entreguen, mientras tipos como David Elías Guerra de la Espriella, alias “El Pichi”, alias “Rildo”Herazo, María Victoria Sotto de Guerra, alias “La Propia”, ostenten impunidad, seguirán siendo los verdaderos leños que atizan el fuego de la violencia, aun cuando estén hediondos a perfume.
Sumémosle al acabado Sucre, los nuevos potentados como Jesús Paternina, alias "el Mono Papayo", exalcalde de Sincelejo, con múltiples investigaciones pero mayoritaria riqueza mágica, incluida en lista de los papeles de Panamá, mientras Sincelejo languidece en la putrefacción del olvido producto al parecer del delincuencial “papayo”, entre otros.
¿Cuál paz? ¿Para qué leer las 297 páginas de los acuerdos de La Habana, si los para nada despreciables protagonistas de la guerra siguen“disparando” y derramando sangre inocente?
Ahora le toca en Sucre el turno al gobernador Édgar Martínez Romero -el de la custodia de Badillo- que pinta hacer una de las gobernaciones más vulgarmente asquerosas y putrefactas en corrupción, fuera de concurso en este vilipendiado departamento.
¿Cuál paz? Ojalá Sucre tenga caras nuevas y buenas en el congreso, no como la que pretende implementar el sobrino del hombre de la custodia, Carlos Espinoza, que refieren hace y deshace en la administración del tío, con el celestineo de él, por una curul en el senado. Si así está el país, ¿cuál paz?
Mientras tanto, funcionarios como la procuradora regional de Sucre, Margarita Sarmiento, que intenta hacer su tarea, solo recibe leñazos de las segundas instancias que le tumban sus fallos condenatorios a los que no actuaron bien.
Estoy harto de toda esta telenovela de la paz con esta partida de delincuentes. ¡Harto!, entonces ¡que viva “La Propia”! ¡Y que Juan Manuel haga lo que se le dé la gana!
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