La frase de este titular no es mía, es del opinometro inequívoco de los sitios populares de la universal Cartagena, donde mis oídos la escucharon, e indagando en diversos sectores, me encontré con el común que Manolo Duque no manda en el distrito y es un secreto a voces. Recuerda la historia “el paño maravilloso del rey”, donde todo el mundo sabía que no existía tal traje precioso sino que el monarca estaba en cueros.
El alcalde solo está para fotos y prensa y eso todos lo saben, muchos lo acolitan y la ciudad sufre las consecuencias de semejante “parapeto” en el cual cifraron un rayito de esperanza, que no alcanzó a filtrase por las más pequeñas de las hendijas para lograr iluminar algo.
¿Quiénes mandan en Cartagena? ¿Quiénes tienen el poder? Porque el alcalde no es. Solo basta mirar el Dadis y tendremos idea. Cartagena es un desastre en manos de Manolo, que realmente no está en manos de él. Los intereses van y vienen y el raso cartagenero y habitante de ella, solo padece. Padece la ambición de unos, el desgate y desfachatez del otro, que no es más que el mandatario. ¿Dónde están los cartageneros, que no protestan masiva y organizadamente? Solo aceptan y aceptan; cuando mucho reprenden a sus pésimos mandatarios en la lengua del parque y hasta ahí. No les bastó con Dionisio “el hermoso” y su despampanante sede universitaria, sin recato alguno, sin dejar de lado los desastres conocidos a nivel nacional como el de Comfamiliar Cartagena, que también es un descalabro. ¿No?
¿Por dónde se mira a Cartagena? No hay por dónde. Una ciudad que es un cristal de presentación, no aguanta un lupazo de poca monta, para dejar ver lo resquebrajada que está la pieza más valiosa de Colombia en muchos aspectos.
¿Dónde están los cartageneros que, bien intencionados y preparados, cuenten con el beneplácito de la ciudadanía para ser elegidos y procurar por el verdadero desarrollo de la ciudad?
Amo a Cartagena, estudié en Cartagena mi profesión de médico, la visito frecuentemente, la familia de mi esposa está en Cartagena, y además, como cualquier colombiano estoy orgulloso de Cartagena, pero por su esencia, no por su desastroso y vampirismo manejo.
¿Qué más pretenden hacer los que manejan al alcalde? Vayamos a lo más sencillo: ahora con su pico y placa los sábados, se desbaratan planes familiares de la golpeada clase media y no soluciona nada. No sabe el alcalde que la administración no es el juego de la gallina ciega. Habla además de la lucha contra la corrupción, que en particular no me convence. Miradita a sus alrededores.
Cada cartagenero sabe lo que pasa en la ciudad y no tienen vendas por ningún lado. Saben, están seguros y hasta aceptan que Manolo Duque es un adorno. Quiera decir lo que quiera decir. Grite o revire. Eso es lo que es y además lo demuestra.
No insulten más a Cartagena y después salgan de víctimas y la ciudadanía debiéndoles.
Coletilla. Vergonzoso que la gobernación de Édgar Martínez en Sucre tenga tal desprestigio por manejo poco transparente, a escasos ocho meses de gobierno. De seguir así la banda delincuencial sucreña de la anterior gobernación de Sucre, conformada por María Victoria Sotto de Guerra, alias “La Propia”; David Elías Guerra, alias “El Pichi”; y alias “Rildo”; encontró tempranamente competencia y hasta Jesús Paternina Samur, alias “el Mono Papayo”, exalcalde de Sincelejo, que se codea con los papeles de Panamá y nadie sabe de dónde sacó tanto dinero.
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