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Columna

Nunca está ocupada

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Desde el comienzo de la humanidad  y a lo largo de la historia, siempre se ha  visto una necesidad que abraza a todos los pueblos del mundo. Y es la de creer e invocar a un ser superior para recibir  auxilio y un bienestar de tipo moral y espiritual, que nos ayudara a una mejor convivencia  con nuestros iguales.

Es por eso que aún en el preámbulo de la Constitución Colombiana de 1991, encontramos la expresión“invocando la protección de Dios”.

La RAE (real academia española) define: invocar: Llamar en solicitud de ayuda de manera formal o ritual.

Esto sugiere la necesidad del hombre de comunicarse a través de la oración con un ser superior, espiritual y divino indistintamente de un credo o religión.

Como persona cristiana quiero compartir algunas historias reales de la Biblia que hicieron que naciones oraran al Dios que hizo los cielos y la tierra y de esta manera obtuvieron la ayuda de Dios.

La oración y nuestros gobernantes.

Más el rey Ezequías y el profeta Isaías hijo de Amoz oraron por esto, y clamaron al cielo.

Y El SEÑOR envió un ángel, el cual destruyó a todo valiente y esforzado, y a los jefes y capitanes en el campamento del rey de Asiria. Este se volvió, por tanto, avergonzado a su tierra.

2 crónicas 32:20.

Aquí vemos en este versículo de la Biblia que tanto un gobernante como un profeta oraron a Dios en tiempos de conflictos y Dios los escucho y les dio la victoria.

Estoy convencida de que si cada líder o gobernante de Cartagena sin ser religioso, pertenezca o no a una comunidad religiosa, invoca a Dios a través de la oración como ese instrumento transformador y que nos permite estar en paz con DIOS y con nuestros semejantes, tendremos una Cartagena mejor.

El pueblo cartagenero y la oración.

Invocar es orar a Dios por mi familia, por mi barrio, por la ciudad. La oración me hace reflexionar y meditar sobre mi propio comportamiento, la oración promueve la reconciliación con aquellos que me han ofendido y a quienes yo he ofendido como consecuencia traerá paz a nuestras vidas.

Las sagradas escrituras nos enseñan.

2 Crónicas 7:14 Reina-Valera 1960 (RVR1960) 14. Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra.

Tenemos una poderosa herramienta. Si como habitantes de Cartagena somos lo suficientemente honestos y reconocemos que hemos fallado, y nos humillamos, oramos y nos arrepentimos de nuestras malas conductas,  entonces Dios nos ayudará para que esta ciudad sea apetecida no solo por su atractivo turístico e histórico sino porque sea una ciudad modelo de una forma integral.

protocoloconcejodecartagena@gmail.com

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