El título de esta columna no tiene que ver con el coro de una famosa canción del Gran Combo de Puerto Rico. Pero sí con una realidad local desconocida por varias administraciones.
Durante muchos años me cansé de oír a distintos dirigentes hablar de la pobreza cartagenera: que la pobreza esto, que la pobreza lo otro, que saldremos de la pobreza así, que saldremos de la pobreza asao, que patatín, etc. Hoy sigo pensando, después de 4 años en el Concejo – y, con más fuerza- que de ese círculo de pobreza no saldremos sin una política distrital agresiva para que florezca el sector privado.
No ha sido típico en la tradición política nacional concebir el desarrollo de los sectores productivos desde la institucionalidad territorial –debo, decir con notable admiración que, en el plano seccional, como nunca, el Bolívar Ganador de Gossaín fue una excepción de lujo a esa regla- y hoy, es un imperativo demostrado por buena parte de la evidencia del mundo.
Al pasar de una economía proteccionista, cerrada, a una más abierta al mercado mundial, las condiciones para competir variaron, forzando a reacomodar los agentes económicos. El estado nación disminuyó las posibilidades de generar los estímulos a los productores. Ahora emergen posibilidades de acción pública eficaz y concreta en el plan urbano. Siendo algo que resalto del alcalde Vélez, se creó por Acuerdo Distrital, una entidad descentralizada indirecta, mixta, entre el Distrito e Invest in Cartagena, encargada de promover la inversión, internacionalizar la economía local, hacer marketing territorial y mejorar el clima de negocios, entre otras funciones.
Esta entidad y la política que gire a partir y en torno a ella, deben ser una de las maquinarias estatales de la ciudad con más caballos de fuerza para las próximas décadas. No tendremos una ciudad socialmente distinta haciendo con las mismas acciones. Por ejemplo, los proyectos que desde hace rato se realizan en la Secretaría de Participación, donde se enseñan a personas de bajos ingresos a fabricar mochilas hechas con bolsitas de la “Mencha” y otras cosas similares. Nadie saldrá de la pobreza así, con bienes no eslabonados y con bajo valor agregado.
A contrario sensu, con planeación seria del desarrollo privado local desde una institución como la que nace, apuntándole a internacionalizar a Cartagena, convirtiéndola en una ciudad-región globalizada para exportar, además de con las condiciones para que localmente se incentive la inversión empresarial soportada en el ahorro privado local así como atrayendo la inversión extranjera, teniendo al Caribe y nuestros excelentes puertos como las autopistas a la prosperidad y mirando pa’ fuera, haremos de Cartagena el bastión de la combinación de la libre empresa, la inversión social y el aprovechamiento de los acuerdos comerciales, para disipar la neblina de la pobreza en la vida de miles de cartageneros. *Concejal del partido Cambio Radical
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