Pasadas las elecciones nos quedan dudas que se deben aclarar y no quedarnos callados como si fuésemos cómplices del salvajismo electoral que nos envuelve, alejándonos de los grandes estándares democráticos.
Hay dudas que ponen en riesgo el pluralismo político garantizado en el artículo 1° por la Constitución Política de Colombia, que es una guía o principio que permite la coexistencia pacífica de los distintos intereses, convicciones y estilos de vida, para que todos los partidos actúen de buena, evitando la dominación institucional y garantizar la sana competencia.
Las elecciones deben ser una fiesta de la democracia, pero los cartageneros estamos dudosos por la forma en que se consignaron los datos en los E-14 por los jurados de votación, mostrando de forma exagerada tachones, enmendaduras y demasiados “errores aritméticos”, como otras irregularidades en todas las zonas y puestos de votaciones de la ciudad. Es vergonzoso el desconocimiento de la normativa electoral por parte de los funcionarios, como también es preocupante y desafortunado por parte de la Registraduría Nacional del Estado Civil, escoger un lugar inadecuado para los escrutinios. Esto muestra desorganización o por el contrario, pareciera estar todo muy organizado para que funcione mal.
Las arcas triclave (donde se guardan los pliegos electorales) son fácilmente manipulables, ya que podían abrirse por la parte de las bisagras, dejando intactas las cintas de protección en las puertas de los cuartos donde se guardaban los pliegos. Es incomprensible que al link que recomienda la Registraduría, y que al parecer es manipulado por un particular, se suban datos que no coincidan con los presentados en las distintas comisiones auxiliares de escrutinios.
Es aberrante escuchar en la calle sobre paquetes electorales y que nadie denuncie, convirtiéndolos en normal y cotidiano. El fraude electoral no solo está en insertar votos ilegalmente a las urnas, sino que se incurre en el delito de tracto sucesivo y permanente, donde son los jueces electorales los facultados para realizar la debida investigación, en este caso la Fiscalía como ente de control e investigador quien ostenta el ius puniendi para todas las investigaciones necesarias, para determinar la comisión de presuntas conductas punibles, que estarían conculcando el bien jurídico de elegir y ser elegido.
Recordemos que el escrutinio es el momento crucial del recuento de votos en una elección y está especialmente reglamentado para evitar el fraude electoral. Por tal motivo el, verdadero saneamiento del proceso se daría en el reconteo voto a voto, el cual debe darse en la totalidad de las mesas con el acompañamiento de todos los entes de control que garanticen unas elecciones más justas.
*Concejal
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