En los próximos cuatro años Cartagena va de la mano de un gobernante que, al parecer, ha sido elegido por las mismas razones que motivaron la elección de 2011: un candidato cercano a la gente, sin tradición política, con mucha simpatía entre su audiencia; un candidato que pone “Primero la gente” y cuyo programa de gobierno se propone construir “una Cartagena incluyente, una ciudad para invertir y brindar seguridad integral a la población”.
Siguiendo el lema de campaña del alcalde Manolo Duque, la pregunta de rigor es ¿hacia dónde va Cartagena? Ante la perspectiva de un mandato de cuatro años, la nueva administración debe apostar por cambios estructurales y no, como lo exigió un periodo atípico de cerca de dos años, por iniciativas de corto plazo como las que caracterizan a la administración saliente. Si bien tiene méritos invertir en recuperar la malla vial y los espacios públicos, no son estas las acciones que permiten superar flagelos históricos como la gran pobreza y el rezago educativo.
Al respecto Cartagena Cómo Vamos, ente que evalúa anualmente la percepción ciudadana y la calidad de vida, y que recientemente calculó el Índice de Progreso Social, sugiere hacia donde debe ir la ciudad y ha señalado los principales retos del mandatario entrante: disminuir la deserción escolar en los grados 10 y 11, acelerar la erradicación de la pobreza monetaria, generar empleo de calidad, disminuir el embarazo adolescente, mejorar la seguridad y convivencia ciudadana, y, se podría agregar, gestionar integralmente la movilidad y transporte. Esa es la ruta a la que apunta el sentir de los cartageneros y los indicadores de bienestar.
El alcalde electo debe movilizar a la sociedad civil en torno a un proyecto de ciudad, conformar un equipo de gobierno competente y eficaz, construir sobre lo que deja la administración saliente y, sobre todo, decidir con base en los intereses ciudadanos. Alcalde Duque: apueste por llegar con certeza hasta las causas que impiden el desarrollo de Cartagena; no sólo de concreto vive una ciudad.Con el Alcalde que “va”, Cartagena emprende una nueva travesía en la que Manolo ya no gestionará desde los micrófonos sino que sabrá lo que implica tener el timón.
La nueva administración deberá llevar a la ciudad a un mejor puerto, empezando por potenciar su riqueza cultural, natural y arquitectónica, y por combatir la pobreza y la desigualdad. Estas últimas son dos barreras al progreso que, a diferencia de las murallas, no pueden seguir siendo indemnes ante el paso de los dirigentes del Palacio de la Aduana.
*Profesor UTBcamposjorge86@gmail.com