Cartagena, novena en el índice de progreso social entre diez ciudades, demuestra la baja calidad de la mayoría de sus dirigentes, coadministradores o administradores.
Las elecciones debieran ser para que los partidos y ciudadanos castigaran a los que incumplieron con la confianza puesta en ellos.
La Alianza Verde, que intenta ser alternativa de poder y es la tercera fuerza política del país, pese a apenas diez años de fundada, debería ser seria al escoger dignatarios y voceros. Además de ser idóneos, deben representar al Partido y su modelo de sociedad. Nuestro partido, para renovar la política local y saldar las deudas política del pasado, se la jugó por dos grandes apuestas: 1) Corregir la forma como personas ajenas a la renovación y al ideario verde obtuvieron la representatividad en corporaciones y 2) definir una propuesta programática para Cartagena y llevar un candidato propio a la Alcaldía, lejos de cálculos electorales y de la política tradicional, que irrespeta la legalidad, es populista y mercantilista.
Para lo primero negamos avales, incluido el de la concejal Saray Aguas. Pese a que el Partido definió la oposición al gobierno de Dionisio Vélez, se la vio más como su colaboradora y no como de un partido alternativo de centro izquierda. FUNCICAR indica que la bancada Verde (bancada de uno) ejerció menos el control político en 2015 y ella fue una de las concejalas más “discretas” en años anteriores. Ser alternativa en Cartagena, con sus múltiples problemas, requiere que sus voceros rujan como leones y no ronroneen como dóciles mascotas.
Para el segundo objetivo fuimos el candidato en una de las campañas más difíciles y atípicas de la historia política cartagenera. Dijimos que sin importar los resultados ni cálculos personales, se puede hacer política coherente, programática, limpia y en donde el todo vale no guía al candidato. En esto hay mucho que hacer en
Cartagena y en el partido, pero el que a nuestras propuestas las aceptaron miles de personas demuestra que sí hay con quién. El partido debe seguir reflexionando para continuar con los que se identifican con el ideario Verde: “se piensa verde, se actúa verde y se vota verde” y que salgan quienes están cómodos con las transacciones económicas y burocráticas y no estar en el lugar equivocado.
Como partido aceptamos nuestros errores y no estamos vacunados contra los engaños, pero no podemos permitir que una vez detectados, se conviertan en ley o costumbre partidista. Intentar ser una alternativa tiene costos, pero así se dignifica la política y se le quita a mercachifles que atrasan el desarrollo social. Cartagena merece más y sobre todo mejores políticos.
Agradecemos a los miles de hombres y mujeres libres que creyeron en nosotros, y como dijo Gaitán: “más vale una bandera solitaria y limpia, que cien tendidas en el lodo”.
*Rotaremos este espacio para mayor variedad de opiniones.Fabiocastellanos2005@hotmail.com