La Administración Distrital ejecuta un notorio plan de recuperación de la malla vial, desde pavimentaciones de vías destapadas y la culminación de las obras de Transcaribe hasta reparcheos de calles. Son, sin embargo, obras que podrían esperar frente a otras necesidades acuciantes de Cartagena. Si bien pueden ser deseables algunas de estas inversiones, ¿qué hay de aquellas de alto impacto que transformarían a largo plazo la ciudad?
Muchas de estas obras no solo se encuentran definidas desde hace décadas en los planes locales. La mayoría cuenta con proyectos y diseños, como el Plan Maestro de Drenajes Pluviales, la Avenida Primera o del Bicentenario, la recuperación de caños y lagos, y el macroproyecto de recuperación del Cerro de La Popa.
Sin embargo, un nuevo capítulo se está escribiendo con la accidentada intervención del paseo peatonal de Bocagrande. Desde 2011, el proyecto tenía diseños que incluían la solución definitiva tanto para la intrusión de mareas como para el adecuado manejo de drenajes bajo un escenario de cambio climático acelerado.
El nuevo proyecto que adelanta la administración Vélez plantea una solución de medio plazo distinta para el manejo de mareas y de aguas lluvias.
De igual manera, propone un diseño arquitectónico y paisajístico que, a juzgar por la parálisis de las obras desde hace tres semanas, todavía no se tendría claridad si es el definitivo. Estos son los pasos en falso e improvisaciones que resultan costosos para la ciudad y que vemos en nuestro medio con desafortunada frecuencia.
Ante el inconformismo y la preocupación de los vecinos de Bocagrande y Castillogrande por los diseños del paseo peatonal, cabe preguntar si no era más sencillo continuar y ajustar, si era necesario, el proyecto ya diseñado y no reinventar la rueda.
Al parecer algunos de nuestros dirigentes sufren de miopía o vanidad personal y hacen del “borrón y cuenta nueva” cada cuatro años una práctica habitual de gobierno.
La ciudad se maneja a golpe de bandazos, con consecuencias que saltan a la vista: Cartagena es hoy una colcha de pequeños retazos que no tiene obras de alto impacto resultantes de una verdadera planeación de largo aliento.
Es necesario que nuestros candidatos a la Alcaldía tengan conciencia de que los gobiernos no sólo deben ser recordados por el número de placas develadas en las entregas de obras.
Como el tiempo y el dinero nunca alcanzan, se requieren proyectos mejor diseñados. Y ello, acompañado de una apuesta a la continuidad para lograr impulsar, poco a poco y de manera sostenida, los cambios estructurales que fomenten el desarrollo de la ciudad.
*Profesor UTB
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