La Cámara de Comercio de Cartagena está por nombrar al Presidente Ejecutivo de la entidad. Su Junta recién elegida y el nuevo funcionario, deberán enrumbarla para los próximos 100 años cuando la entidad está celebrando el primer centenario después de una fructífera trayectoria al servicio de los empresarios y del desarrollo general de su jurisdicción.
No se puede olvidar qué representa la Cámara. Primero, la credibilidad y la fe pública para el mundo empresarial en ejercicio de su principal función, manejar los varios registros que el Estado le ha delegado y que ha cumplido siempre a cabalidad, incluida la delicada función de arbitraje y conciliación.
Su historia se confunde con la de la ciudad y su desarrollo durante esa centuria. Y cumpliendo esa otra gran función, la de promotor del desarrollo regional, la Cámara ha sido asesora de gobiernos y actor activo en numerosas empresas de progreso de la ciudad y la región. Revisar actas, boletines e informes a lo largo de su existencia, es ver actividades, iniciativas, planes y proyectos de interés no solo para Cartagena, sino para los 18 municipios de su jurisdicción, el resto de Bolívar y la Costa Caribe en unión de las demás Cámaras de la región.
A esta Cámara como a todas las demás, la fundaron hombres de bien y destacados comerciantes y empresarios de principio del Siglo XX, quienes con visión le trazaron claros derroteros. Hoy con una estructura empresarial más variada, la clase empresarial vigente debe conducirla por mejores caminos ante los retos que los cambios de todo orden exigen.
La de Cartagena, como las más de 50 Cámaras de Comercio del país que pertenecen a Confecámaras, hace parte de un sólido sistema de apoyo al desarrollo local, regional y nacional.
Si bien sus actividades se concentran en gran parte en Cartagena, su sede principal, no se puede soslayar que esta ciudad ya no es el Corralito de Piedra sino una gran ciudad región y su desarrollo armónico debe estar relacionado con el de los municipios de su entorno y que en gran parte son los de la jurisdicción de la Cámara.
Por todo lo anterior el gran reto de la Junta Directiva, de la cual es parte el Gobierno con varios representantes, es el de escoger a una excelente persona que conjugue condiciones profesionales, humanas y de experiencia. Aquí no caben ningún tipo de simpatías y mucho menos de presiones externas para su nombramiento.
Este proceso solo debe obedecer a sanos principios y criterios de selección que se acerquen al perfil y a los requisitos que exige el cargo, en un momento histórico para la Cámara y su área de influencia.augustom90@hotmail.com