Gracias a los servicios de un infiltrado que tengo en la nómina de la Alcaldía de Cartagena, tuve acceso al informe oficial que elaboró el experto alemán en tránsito vehicular, el ingeniero Von Audi, sobre “el impacto que tienen las motos en el caos de tráfico en la ciudad”.
Según el mencionado documento -para el cual pido la mayor discreción, porque aún se considera un informe de carácter confidencial- el ingeniero Von Audi se ha desempeñado como asesor de tránsito en más de 22 países. Para muchos, el germano es el artífice legendario que solucionó el problema de tráfico en la ciudad de Nueva Delhi, India, donde, según dicen las malas lenguas, hasta las vacas manejan sus motos con sus cascos brillantes y sus licencias de conducir aprobadas por las mismas autoridades locales.
Por su hoja de vida debo reconocer que Von Audi es el “J. J. Rendón” de las vías en el planeta. De hecho, por los corrillos de la alcaldía –donde todo se sabe– me informan que le están pagando con los “verdolagas” de mayor denominación. También me dicen que por contrato estamos obligados a suministrarle su desayuno, pero eso sí, ¡sin mermelada!, para no entrar en revisiones incomodas con la Contraloría distrital.
Según Von Audi, en la ciudad existen 5 tipos de conductores de motos plenamente identificados: 1) “Los comunicativos”, es decir, los que van hablando o chateando por su celular mientras manejan a altas velocidades. 2) “Los erráticos”, definidos como aquellos conductores que se ganaron su pase en una rifa y se caracterizan por pasarse a los vehículos por la derecha, por la izquierda, por el frente, por detrás, por arriba y hasta por debajo. 3) “Los anti-solitarios”, los que definió como aquellas personas que les encanta viajar con 3, 4 y hasta 5 acompañantes al mismo tiempo en su motocicleta. 4) “Los suicidas”, quienes llevan una velocidad tan alta, que, cuando se estrellan, toca recogerlos con cucharitas, desafortunadamente. Y 5) “Los locos de m…”, que serían los que suman todas las categorías anteriores.
Luego de transitar por la vía de Zaragocilla, dice el alemán en su estudio: “Me queda claro que el problema de las motos no se soluciona con ‘multicas’. No seamos tan pendejos”, sentenció en la página 117. Y prosiguió: “Para mí el tema es de locos y hasta de conteo de neuronas, donde lo recomendable es cambiar los policías por siquiatras para que puedan llevar sus equipos portátiles de ‘electricidad cerebral’ y vayan repartiendo voltios -a diestra y siniestra- entre los infractores de unas vías que catalogaría como de “esquizufreniuncolectivus”.
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