Al discutirse el tema de los recursos para gestionar proyectos empresariales, es común que el diálogo gire en torno al tema de la escasez; es decir, la insuficiencia de medios (económicos, humanos, tecnológicos, entre otros) para emprender iniciativas de producción de bienes y servicios que satisfagan las distintas necesidades de la sociedad.
Hace muchos años, Peter Drucker, el célebre gurú de la gerencia moderna, anunciaba la llegada de la era del conocimiento, como una fase posterior a la era industrial. Señalaba que, en el futuro, el progreso económico se basaría en recursos intangibles, como la creatividad, la innovación y el conocimiento.
En este escenario, desde la Universidad Tecnológica de Bolívar, líder en la creación de la incubadora de empresas local hace más de una década, ahora se viene trabajando sobre una cultura de emprendimiento a través de diversos programas para fomentar las iniciativas empresariales. Luego de años de intenso trabajo y de más de cien iniciativas de emprendimiento lideradas por mentores del Centro de Emprendimiento Universitario y otras instituciones aliadas, es posible afirmar que en Cartagena y la Región Caribe no sólo hay ganas de crear e innovar. También hay talento y compromiso.
Un ejemplo de esto ha sido Apps.co, iniciativa del Ministerio de las TIC para el desarrollo de emprendimientos de base tecnológica que, en convenio con instituciones de impacto regional, como la UTB, están cambiando la manera de ver y vivir de los emprendedores en Colombia. Iniciativas como esta son una muestra de suficiencia, en donde los pilares del modelo de gestión tradicional son cuestionados en sus raíces más íntimas: la clásica trilogía capital-trabajo-tierra está siendo desplazada por una nueva lógica: creatividad-conocimiento-cultura-innovación. Nueva York, San Francisco, Silicon Valley, San José y Bogotá, entre otros centros, son hoy ejemplos de lugares hasta donde han llegado nuestros emprendedores con sus proyectos.
La lógica de la escasez, fundamentada en la noción de que los recursos tangibles son finitos y, por ende, agotables, está dando lugar a la lógica de la abundancia, pues los recursos intangibles son infinitos y potencialmente inagotables. De contera, no son depredadores del hábitat natural y por lo mismo son sostenibles.
Lo vaticinado por Drucker hace 20 años es hoy es una realidad en Cartagena y la Región Caribe. El espíritu emprendedor, la suficiencia en talento, creatividad y actitud, son una muestra de que las desigualdades y la carencia de recursos tangibles se pueden llenar cuando se articulan esfuerzos e iniciativas desde lo público, la educación y la sociedad civil.
*Docente, Facultad de Economía y Negocios, UTB.
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