Probablemente cuando sea publicada esta columna, tú y yo, a nuestra manera, estamos preparándonos para celebrar la natividad de Jesucristo, pero, como Él no debe nacer y morir inmediatamente, ojalá, desde hoy, se extienda el memorial hasta la pascua, para que, pasando por ti y por mí, nos transforme como lo ha hecho con muchos y modificando nuestra actitud ante la vida, empecemos a dar de nosotros para que se cumpla la verdadera Navidad.
Parece mentira, pero cada vez que celebramos el día 24 de Diciembre, todos los cristianos católicos y no católicos del mundo, recordamos el nacimiento de quien por su vida y muerte dividió el tiempo en AC (Antes de Cristo) y DC (Después del Cristo) y gracias a Él, existe cada año, la muerte de un hombre viejo y el nacimiento de un hombre nuevo y esperemos que este años seamos tu y yo uno de ellos.
Cuentan que una vez, estando los discípulos con Jesucristo, se acercó uno de Ellos, que no me extrañaría nada que fuese Pedro, que era inquieto y preguntón, como deben ser todos los que quieren sacarle el mayor provecho de su maestro, y le solicitó le diera la clave como se debería vivir su natividad y el Señor, como de costumbre, le contestó con una sola palabra... "Pedro, para disfrutar la Navidad debe existir en ti, la comodidad”, y como siempre, nuestro querido apóstol Pedro, quedó más confundido que antes y les comunicó a los demás discípulos lo que acababa de escuchar del Maestro y ellos, acercándose a Él, le pidieron que les explicara lo que le acababa de decirle a Pedro y entonces, Él, con suma paciencia y en pocas palabras, les aclaró la situación:
“Si ustedes quieren después que yo muera recordar mi nacimiento, deben vivir la comodidad, es decir, como di dad, o sea ”como di, yo (Jesús), dad” y todos quedaron contentos practicando desde entonces la comodidad, primero entre ellos y después con todo el mundo, comenzando con los pobres.
Hay otra anécdota que sucedió en este tiempo y que nos puede suceder en cualquier momento a nosotros. Se dice de un joven que llamó a sus padres desde la capital, donde prestaba el servicio militar y les preguntó: Papá y mamá, me han dado unos días de licencia para pasarlos con ustedes en Navidad, pero antes de viajar quisiera saber si pueden recibir también a una persona que le falta las dos piernas, y ellos, a una vez, le contestaron, no mijo, tú sabes que esta es una época de mucho trajín, además, vamos a estar de fiestas y eso de manejar a un minusválido es un encarte, mejor que no venga. El hijo, se despidió y colgó.
Los padres empezaron a esperar a su hijo y en vista de que no llegaba llamaron a la guarnición militar donde se encontraba y le respondieron que había salido hacia tres días, exactamente los días que tenia de haber llamado, entonces, preocupados comenzaron a esperar noticias de Él y el dia 24 de Diciembre, recibieron una llamada de la morgue municipal para que reconocieran un cadáver y para que recibieran una carta que había dejado el occiso y después de aceptar la realidad, leyeron la carta que en sus apartes decía: “Papá y mamá, los quiero tanto que no quiero dañarles la fiesta de Navidad, la persona a quien me referí cuando los llamé era yo mismo que en un combate perdí las piernas y la licencia que me dieron, no era solo por Navidad, sino para todo el resto de mi vida y si ustedes no me podían dar amor en solo unos pocos días que es lo que nos hemos acostumbrado en esta época, mucho menos para el resto de mi vida. Verdad que me convertí en un estorbo, por eso creo que no vale la pena seguir viviendo. Papá y Mamá, feliz Navidad”.
Por lo anterior, vivamos la Navidad en forma permanente con comodidad, porque, si no todo lo que hacemos es una tontería. Feliz Navidad. Y nos veremos nuevamente hasta el 2014
a_gomezagamez@hotmail.com