La tierra sin hombres

En su libro “La Maldición de Adán”, Bryan Sykes asegura que el cromosoma “Y”, que decide el sexo masculino, está condenado a desaparecer. Según eso, dentro de 125 mil años la tierra sería un planeta poblado exclusivamente por mujeres y, no pudiendo ellas solas continuar la reproducción, el género humano se extinguirá. De ocurrir las cosas así, se acabaría la antipática discriminación de quién es “gay” y quién no. Simplemente, todas serán “lesbi”.
Las sesudas investigaciones del profesor Sykes me han hecho recordar aquella historieta “El último varón sobre la Tierra”, donde una epidemia mortal atacó solamente a los hombres, con los que fue acabando rápidamente. Poco antes, un avión que volaba encima del océano tuvo una emergencia, el piloto se vio obligado a arborizar en una isla deshabitada y sobrevivió. Víctor, el aviador, por haber permanecido aislado en la isla, no fue presa de la terrible epidemia. 
Navegaba un buque por las aguas próximas a la isla de Víctor cuando la marinera de guardia divisó una columna de humo que ascendía. Inmediatamente dio aviso a su capitana, quien decidió investigar. En un bote salvavidas un grupo de vaporinas se dirigió a la isla. Allí encontraron a un hombre flaco, de cabellos largos, barbado y con las ropas hechas jirones. Rápidamente lo condujeron al buque desde donde, en código Morse, transmitieron la noticia a Transilvania.
Al llegar a tierra bañaron, afeitaron y cortaron los cabellos a Víctor. Lo vistieron con traje nuevo y, según sus captoras, quedó convertido en todo un “churro”. Todas las naciones se creían con derecho a reclamar a  Víctor como propio. Curiosamente fue “Kolumbia”, país pacífico por naturaleza, el que propuso a través de su embajadora en la Liga de las Naciones, que fuera Víctor quien libremente decidiera por dónde deseaba iniciar sus nuevas responsabilidades. El salón de las sesiones plenarias de la Liga de las Naciones fue transformado. Allí se montaron pasarelas semejantes a las que se usan en los concursos de belleza. Las embajadoras de los distintos países debían desfilar por orden alfabético, primero en traje de calle, luego con vestido de gala y, finalmente, en tanga o hilo dental.
Al terminal el desfile, la animadora del certamen dijo a Víctor: te corresponde la gran responsabilidad de señalar la nación por donde comenzarás la ardua tarea de repoblar el planeta. A lo que él respondió: ¿y qué es lo que sucede?” y ellas explicaron: una epidemia ha acabado con todos los varones y en consecuencia, eres el único varón sobre la tierra.  Víctor, poniéndose las manos en la cintura, visiblemente impresionado, dijo: “De manera que esa maldita epidemia acabó con todos los hombres de la Tierra.  Y entonces. ¿ahora qué vamos a hacer?”

*Asesor Portuario
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