comscore
Columna

Sagrado Corazón de Jesús

Compartir

Experimentar en el alma el amor de Dios por cada uno de nosotros es lo que nos regala el Corazón de Jesús. No es una experiencia sentimental sino existencial. Es dejarnos amar para aprender a amar como Él nos ama. Es comprender que solo vaciándonos de nosotros mismos, podemos llenarnos de todos los regalos que Jesucristo vino a traernos para acompañarnos en el camino de la vida y llevarnos a Él.
Al celebrar Jesús la Pascua con nosotros, al compartir el pan y el vino y entregarnos voluntariamente su cuerpo, su alma, su divinidad, nos alimenta, su corazón nos llena de ríos de agua viva para que no suframos ni sed, ni hambre, ni soledad, ni oscuridad,  nos liberemos de nuestra naturaleza pecadora y vivamos en la luz, el amor, el sentido pleno de nuestra existencia como seres humanos. Su cruz y resurrección son los regalos maravillosos que nos dio para que pudiéramos compartir con Él la gloria por toda la eternidad.
La gratitud en el alma, es la experiencia más maravillosa que nos hace vivir nuestro Señor cuando comprendemos ese amor tan grande que tiene por nosotros. Que su corazón se partió en millones de pedazos para entrar a nuestra vida, repararnos por la confesión, alimentarnos en la eucaristía y demás sacramentos, nutrirnos, bendecirnos, sanarnos permanentemente. Cuánta felicidad y libertad interior quiere darnos y muchas veces no nos disponemos a recibir.
Nuestro Dios nos ama apasionadamente, nos busca, nos quiere para Él y nosotros tan distraídos por tantas pequeñeces, lo dejamos pasar. Permitamos el silencio en nuestra alma para que Dios nos pueda encontrar. Abrámosle el corazón en la oración, en su Palabra, en los sacramentos, para escuchar su corazón henchido de amor. Llevémosle nuestras alegrías, preocupaciones, angustias, problemas, pecados y Él nos guiará por el sendero de los justos, para que consigamos la paz interior y despertemos nuestra capacidad de amar, “porque el Espíritu Santo derrama el amor sobre nosotros como una gracia sobre nuestros corazones*”.
Entreguémosle nuestro corazón al Corazón amoroso de Jesús, no tengamos miedo, Él lo fortalece, lo guía, lo nutre, lo bendice, lo sana, lo purifica, no tenemos nada que perder y sí mucho que ganar. Lo único que nuestro Dios nos pide es que nos dejemos amar por Él. Quiere que lo que experimentemos en la vida, pase por el prisma del amor. Él hace más intensas las alegrías, aligera las cargas, le da sentido hasta al dolor y así nos va transformando en vehículos de su amor para irradiarlo a los demás.
¡Sagrado Corazón de Jesús en ti confiamos!
*Rom 5, 5

Únete a nuestro canal de WhatsApp
Reciba noticias de EU en Google News