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Columna

A 200 años; una justa recordación

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¿Por qué Bolívar es un ser trascendente? ¿Por qué a 200 años del Manifiesto de Cartagena leemos en el pedestal de su estatua: “Si Caracas me dio la vida Cartagena me dio la gloria”?
Nacido en el siglo de las luces con 29 años, en octubre de 1812, desembarcó en las Ánimas, venía de Curazao.
Venezuela había caído y su debate interior era un infierno de dolor, decepción. La captura y entrega de Miranda –héroe y traidor- el salvoconducto que le dio Monteverde, pero traía su derecho a la grandeza: derrotar la derrota luchando, liberar a Venezuela y a América. “Un hombre valiente y honrado debe ser impermeable a los golpes del destino. Solo mi conciencia rige mi corazón”.
Llegar desde Caracas tomaba 7 días, por eso ambos procesos permiten imaginar conciencias coincidentes. El 19 de abril de 1810 ellos expulsaron de Venezuela al gobernador Emperán, nosotros el 14 de junio deportamos a Montes.
El Comisionado Villavicencio vivió en Caracas el 19 de abril, después contactó al Cabildo de Cartagena y participó en la expulsión de Montes.
Las actas del 5 de julio y la del 11 de Noviembre de 1811, coinciden. Era la misma causa. Por eso el presidente Manuel Rodríguez Torices les reconoció grados militares a los venezolanos que llegaron y entre caribes se fraguó la confianza. Bolívar escribió el Manifiesto de Cartagena en la calle de San Agustín Chiquita y el 15 de diciembre publicó su análisis de las causas de la derrota y su visión de la independencia  y el compromiso:
(…;) Tuvimos filósofos por jefes; filantropía por legislación, dialéctica por táctica, y sofistas por soldados.
Se opusieron (…;.) al establecimiento de un cuerpo militar que salvase la República y repeliese los choques que le daban los españoles.
Corramos a romper las cadenas de aquellas víctimas que gimen en las mazmorras, siempre esperando su salvación de vosotros; id veloces a vengar al muerto, a dar vida al moribundo, soltura al oprimido y libertad a todos”.
Pese a la Constitución de 1812 la unión era frágil. Los gastos militares crecían como la presión de la realista Santa Marta. Había que romper el cerco, restablecer el comercio y recibir alimentos del Sinú y Corozal. Allí enviaron a los venezolanos a enfrentar realistas.
Bolívar, bajo órdenes de Labatud debía defender Barrancas pero guerreando necesitaba ascender. En diciembre entrenó sus 200 combatientes, desoyó órdenes y limpió la ruta del Magdalena. En Salamina atracó en el corazón de Anita Lenoit, venció en Tenerife y llegó a Mompox. Le dieron buques, armas y hombres libres y venciendo en enero de 1813 estaba en Ocaña.
Restablecida la comunicación el éxito disparó su prestigio, crecía la gloria y las envidias.
Con más hombres frenó la invasión desde Venezuela y el 28 de febrero desalojó a los españoles de Cúcuta abriendo el camino hacia la Campaña Admirable. En 6 meses recorrió 1.200 kilómetros y con 700 hombres Bolívar enfrentó 6.000 realistas de Monteverde.
Las palabras del Manifiesto de Cartagena se hacían realidad: “El honor de la Nueva Granada exige como su gloria tomar la empresa de marchar a Venezuela a libertar la cuna de la independencia colombiana, sus mártires, y aquel benemérito pueblo caraqueño…;”
Meses después con la bandera cuadrilonga y oficiales cartageneros, en Caracas, lleno de gloria, Simón Bolívar recibió el título de Libertador.

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