En el desarrollo del “branding”, los territorios, al igual que los productos, pueden identificar un conjunto de beneficios que determinan el atributo diferenciador y por lo cual sus consumidores están dispuestos a demandarlo. En los Montes de María, en el Programa de Desarrollo y Paz (PDP), dentro sus componentes socioeconómicos me llaman más la atención “La Finca Montemariana” y el “Marketing Territorial”. Aunque esta región sufrió los flagelos de la violencia sumada a la falta de gobernabilidad durante varios años, permitiendo el desmembramiento de sus hijos entrañables, hoy día busca con sus dos programas el rescate sociocultural, por supuesto sin dejar a un lado el desarrollo económico. En días pasados, cuando compartimos con la comunidad montemariana, demostraron su valor, coraje y orgullo, que se convierten en su valor agregado propio e inimitable para identificar su marca “Montes de María”. Además nos mostraron las cadenas agroalimentarias que potencializan una región rica en recursos, como la reserva alimentaria para toda nuestra región Caribe, territorio apto para la vocación agrícola de su tierra, demostrando la gran alternativa económica por encima de su ubicación estratégica como corredor para actividades ilícitas. El programa de Finca Montemariana, que en su primera fase pretende la seguridad alimentaria y el arraigo de las familias desplazadas, permite a corto plazo y con la diversidad de cultivos, tener excedentes de producción que si se encadenan con la transformación de productos alimentarios y no alimentarios, sacarían de la pobreza a sus beneficiarios y desarrollaría un modelo productivo, mejorando la calidad de vida a las familia de cultivadores y generarían empleo y desarrollo a los agregados de la transformación y la comercialización, requiriendo planes integrales que le apunten al fomento de la agroindustria. Igualmente, el programa de Marketing Integral desarrolló el proyecto de marca región con un proceso responsable de “branding”, con el resultado de la marca “Montes de María”, y del eslogan “Cosecha de Vida”. Su identidad de marca esta respaldada por el verde de sus recursos naturales, el amarillo de sus cosechas, y como isotipo describe a un niño gaitero demostrando la riqueza de su cultura. ¿Se imaginan ustedes comprando ajonjolí transformado en dulces de marca Montes de María? ¿Cuál sería su atributo diferenciador? ¡Sencillo!... Sentiríamos en el sonar de nuestros dientes a la gaita hembra, evocando melodías melancólicas y románticas en el ritmo que le profesa la tambora de un montemariano amante de su tierra, que todos los días sale como labriego a encontrarse con los surcos y la cosecha, lleno de valentía y tenacidad, logrando vencer la indiferencia y procurando dar lo mejor de sí con el colorido de sus artesanías y la creatividad de sus versos. También propende por la elocuencia, y con la sabiduría de la vida y la experiencia, acalla las voces necias que pretenden ignorar su existencia. En Montes de María están nuestros orígenes pero también esta nuestro futuro y el potencial para hacer de nuestro tejido empresarial una oferta competitiva cultural y agroalimentaria. ¿Y usted qué opina de la marca Montes de María? *Director de la Especialización de Gerencia en Mercadeo Universidad Tecnológica de Bolívar alberbesi@hotmail.com