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Cartagena se ha puesto la camiseta por la lucha en contra de la violencia sexual en niños, niñas y adolescentes, de eso no hay duda.

Los ciudadanos, con las múltiples noticias como las de la operación Vesta, más las constantes campañas de educación y prevención de las instituciones locales, han despertado sobre esta realidad y son conscientes del riesgo en el que están los menores de edad, incluso sus propios hijos, porque el abuso, la explotación sexual comercial y el maltrato no distinguen ningún estrato social.

No se puede tapar el sol con un dedo, las estadísticas alarman y la situación sigue siendo evidente en algunos sectores públicos de Cartagena, pero no hay que desconocer que son importantes las acciones hechas, encaminadas a comprometer y sensibilizar a locales y turistas frente a la realidad que es la violencia sexual en menores de edad en esta urbe.

De allí que para los prestadores de servicios turísticos ya es parte de su trabajo proteger niños, niñas y adolescentes que puedan estar en riesgo de ese flagelo en sus establecimientos. Las denuncias han aumentado y el compromiso -no solo de las empresas turísticas, sino también de carperos, palenqueras y cualquier comerciante en este sector- es constante, gracias al posicionamiento de estrategias distritales como “La muralla soy yo” y “Lo valioso es no tener precio”.

Pero el enemigo que es la violencia contra niños, niñas y adolescentes no solo existe en el mundo tangible, el riesgo también está en lo digital, en ese universo donde la web y las redes sociales son el centro y muchas veces dictan a los menores de edad las pautas para actuar.

Conceptos como ‘sexting’, ‘sextorsión’, ‘grooming’ y ‘ciberacoso’, entre otros, no pueden seguir siendo extraños para adultos y niños, porque son la definición de ese enemigo que los persigue en la red. Es plausible el intento de las entidades integrantes del Comité Consultivo para la Prevención y Atención del Abuso y la Explotación Sexual Comercial en Niños, Niñas y Adolescentes, por acercar y prevenir de esa realidad a las comunidades cartageneras.

Precisamente ayer, con motivo del Día Internacional para la Prevención de la Violencia Sexual y el Maltrato contra Niños, Niñas y Adolescentes, se reunieron niñas de la Fundación Talitha Qum, con jóvenes de la Fundación Renacer, de Aldeas Infantiles e ICBF, con estudiantes de la Fundación Unicolombo, con líderes y padres de familia de San Francisco y Olaya Herrera, y con madres sustitutas (160 personas en total) para hacerles ver que las violencias sexuales a menores de edad también pueden darse en el entorno digital, en esa amplia red donde el control es difícil pero necesario.

Es importante que las autoridades den las herramientas para proteger a los menores de edad en el mundo tangible y el virtual de manera constante, en espacios especiales o en las mismas instituciones educativas. Hay escenarios y necesidades que son razones suficientes para cumplir con esa labor.

La tarea se debe seguir haciendo para llegar a mucha más gente.

“No se puede tapar el sol con un dedo, las estadísticas son alarmantes y la situación sigue siendo evidente en algunos sectores públicos de Cartagena (...)”.

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