Dos enfermeras denunciaron a un cirujano por una presunta agresión sexual cometida contra una paciente que se encontraba anestesiada durante una intervención quirúrgica.
En declaraciones de las enfermeras hacia la Policía, ambas aseguraron que observaron comportamientos inusuales del médico durante la cirugía, entre ellos movimientos pélvicos repetitivos que no lograban entender ni consideraban normales, por lo que la investigación arrancó.
El caso, ocurrido el 4 de diciembre de 2025, en el hospital IMED Virgen de la Fuensanta, en Murcia, fue recogido en un atestado policial al que tuvo acceso el medio El País de España y que sirvió de base para que el presunto agresor fuera enviado a prisión el 13 de diciembre.
Según el medio en mención, el cirujano no tenía vínculo laboral con el hospital, sino que alquiló un quirófano para realizar una intervención quirúrgica. La operación consistía en una liposucción de grasa en los glúteos, que posteriormente sería implantada en el pecho de la paciente, quien se encontraba sedada y ubicada en una camilla ginecológica, una posición habitual para este tipo de procedimientos.
Durante la intervención, las dos profesionales de enfermería que asistían al médico notaron comportamientos inusuales. En primer lugar, el cirujano movió la camilla de su posición habitual para quedar frente a la puerta del quirófano e insistió en que esta permaneciera cerrada. Además, asumió tareas que normalmente corresponden al personal de enfermería, como aplicar desinfectante y colocar una sonda urinaria a la paciente.
El país contó que la primera en notar una conducta inusual fue la auxiliar de enfermería. De acuerdo con su testimonio, el cirujano le solicitó que no se ubicara detrás de él, sino a un costado de la camilla. Desde ese lugar, observó movimientos repetitivos de la cadera que le resultaron extraños y fuera de lo habitual durante una intervención quirúrgica. Al no comprender ese comportamiento, la profesional alertó discretamente, mediante gestos, a la enfermera instrumentista, quien hasta ese momento había permanecido de espaldas al médico mientras le suministraba el material quirúrgico, para que también pudiera observar lo que sucedía en el quirófano.
Ambas coincidieron en que el cirujano detenía esos movimientos solo cuando ingresaba el anestesista al quirófano. Además, tras finalizar la liposucción, el médico permaneció junto a la paciente durante más tiempo del habitual, pese a que los equipos ya no estaban en funcionamiento. Estos hechos motivaron la denuncia y el avance de la investigación judicial.
Tras hacerse pública la investigación, otra paciente intervenida por el mismo cirujano presentó una nueva denuncia, y la policía citó a declarar a más posibles testigos.
Envían a prisión al cirujano por agresión sexual
Debido a los hechos, las autoridades contactaron a la paciente para informarle que podría haber sido víctima de una agresión sexual mientras estaba anestesiada. Según su abogado, Raúl Pardo-Geijo, la mujer no recuerda lo ocurrido debido a la sedación y permanece en estado de shock desde que conoció la posible agresión.
por otro lado, el cirujano niega los hechos, aunque las autoridades consideran que existen pruebas que lo comprometen, entre ellas los videos y otros elementos que están siendo analizados dentro de la investigación. El médico sostiene que las imágenes pueden ser engañosas y que no hubo contacto sexual debido a la indumentaria quirúrgica de la paciente.
El acusado permanece en prisión provisional, mientras avanza la investigación por hechos ocurridos en un hospital privado de Murcia, donde realizaba cirugías estéticas, así como en otros centros donde alquilaba quirófanos en Valencia y Madrid.