La realidad superó a la ficción sen California, Estados Unidos, en un episodio que parecía reservado únicamente para el cine de acción.
En plena hora pico, un violento accidente de tres vehículos en la autopista I-580, a la altura de Castro Valley, provocó que un automóvil saliera despedido por los aires y terminara incrustado sobre las vías del sistema de metro BART de San Francisco, paralizando el servicio ferroviario y sumiendo al East Bay en un colapso vial de grandes proporciones.
El siniestro ocurrió cuando una grúa, involucrada en el choque múltiple, transportaba un automóvil sin ocupantes. El impacto fue tan severo que el vehículo remolcado se desprendió de la plataforma, salió catapultado como una bala y describió una trayectoria tan inverosímil como estremecedora, hasta caer directamente sobre los rieles del BART, que corren paralelos a la autopista. Por segundos, la escena pareció desafiar las leyes de la física: un automóvil suspendido donde nunca debió estar, como congelado en una postal surrealista.
Conductores detenidos en la I-580, pasajeros varados y equipos de emergencia observaron incrédulos la imagen.
Al menos una persona resultó gravemente herida, entre ellas el conductor de la grúa, quien fue trasladado de urgencia a un centro médico.
El accidente no dejó víctimas fatales
No se registraron víctimas fatales, un desenlace que los socorristas calificaron como casi milagroso, considerando que el vehículo terminó sobre vías ferroviarias activas, por donde circulan trenes repletos de pasajeros. El impacto también generó un incendio de vegetación, que fue controlado rápidamente por los bomberos del condado de Alameda.
El efecto fue inmediato y devastador. BART suspendió de manera preventiva el servicio entre las estaciones Castro Valley y West Dublin/Pleasanton, mientras equipos especializados trabajaban en el retiro del vehículo con otra grúa y en la inspección minuciosa de los rieles para descartar daños estructurales. Al mismo tiempo, varios carriles de la I-580 fueron cerrados o restringidos, provocando un trancón que se extendió por más de tres horas y afectó la movilidad de miles de personas en ciudades como Dublin, Pleasanton y Livermore, además de vías secundarias del East Bay y el Tri-Valley.
Lejos de tratarse de un auto que perdió el control por sí solo, las autoridades aclararon que el vehículo que terminó sobre las vías no era conducido: iba siendo transportado por la grúa. El choque entre tres vehículos generó una fuerza descomunal que comprometió el sistema de sujeción, haciendo que el automóvil saliera disparado, como una ficha expulsada violentamente de un dominó fuera de control. La California Highway Patrol (CHP) investiga ahora si el desprendimiento se debió a una falla mecánica, a un aseguramiento inadecuado o al impacto directo del choque, analizando cámaras de seguridad, peritajes técnicos y testimonios.
Durante horas, el East Bay quedó atrapado en una escena de caos silencioso: autopistas detenidas, trenes inmóviles y miles de personas intentando regresar a casa por rutas improvisadas. BART advirtió que la reanudación del servicio dependería exclusivamente de las condiciones de seguridad.