Durante la noche del viernes 12 de diciembre, varios aviones de combate F-18 y Growler de Estados Unidos sobrevolaron zonas cercanas al territorio venezolano, en una operación que despertó amplia atención regional por la cercanía de las maniobras y el apagado de sistemas de rastreo aéreo.
En medio del operativo, al menos una de las aeronaves desactivó los equipos que reportan su posición en tiempo real, una práctica que dificulta el seguimiento civil y que suele asociarse a maniobras militares sensibles o ejercicios de carácter estratégico. Lea: Nicolás Maduro afirma que EE. UU. se quiere “robar” el petróleo de Venezuela
Sobrevuelos captados por la plataforma Flightradar24
Imágenes captadas por la plataforma Flightradar24 mostraron que un F-18 identificado como “Rhino51” habría incursionado en territorio continental venezolano antes de apagar su transpondedor. No obstante, versiones difundidas en redes sociales apuntaron a que el trazo observado podría corresponder a una estimación errónea de las plataformas de seguimiento.

Más allá de las dudas técnicas, lo confirmado es que la aeronave voló muy cerca del espacio aéreo venezolano y dejó de transmitir su ubicación, lo que incrementó la incertidumbre sobre el alcance real de las maniobras estadounidenses en la zona. Le puede interesar: Venezuela acusa a Estados Unidos de querer provocar una guerra en Latinoamérica
En medio del revuelo generado, una fuente militar consultada por el medio NTN24 señaló que, alrededor de las 9:00 p.m. (hora de Venezuela), se estimaba el ingreso de aviones F-18 de Estados Unidos al territorio nacional, presuntamente por tres puntos distintos: Falcón, Carabobo y Anzoátegui.
Pasadas las 11:00 de la noche, los aviones militares estadounidenses que permanecían en las cercanías desaparecieron por completo de las plataformas de seguimiento aéreo, dejando un panorama sin tráfico visible sobre el espacio aéreo venezolano.
Trump reitera que la ofensiva contra el narcotráfico avanzará por tierra
Las presuntas maniobras coincidieron con recientes declaraciones del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien advirtió que los ataques contra el narcotráfico en el Caribe entrarían en una nueva fase, marcada por operaciones terrestres tras los avances logrados en el ámbito marítimo.
El mandatario defendió las acciones militares previas en el mar Caribe al asegurar que su administración ha logrado erradicar el 96 % de las drogas que ingresaban por vía acuática, y afirmó que ahora “estamos empezando por tierra, y por tierra es mucho más fácil”, anticipando un endurecimiento de la estrategia.

Aunque inicialmente sus declaraciones se centraron en Venezuela, Trump amplió el alcance del mensaje y no descartó extender las acciones militares a otros países de la región, al señalar que cualquier nación que produzca y venda drogas a Estados Unidos es “sujeta a ataques”.
El presidente aseguró que su política ha generado una reducción histórica del narcotráfico, afirmando que se han salvado unas 25.000 vidas de ciudadanos estadounidenses y que todas las embarcaciones que han intentado ingresar drogas al país han sido interceptadas.
Finalmente, Trump precisó que los operativos no están definidos por fronteras específicas, sino por los actores involucrados, subrayando que el objetivo de su estrategia es combatir a quienes trafican drogas hacia Estados Unidos y, según dijo, “destruyen a nuestra juventud y a nuestras familias”.

