Un caso de fuga ha generado profunda preocupación en Italia. Se trata de un recluso que burló, con gran facilidad, una celda de la prisión de Ópera, en Milán, considerada de alta vigilancia.
Ahora, las autoridades desplegaron una investigación para determinar cómo se produjo la fuga de Toma Taulant, un ciudadano albanés recluido en el área de máxima seguridad que logró burlar los controles durante la noche del 7 de diciembre.
Cómo ocurrió la fuga de Toma Taulant en Italia
Según informó EuroNews, Taulant serró los barrotes de su celda y utilizó sábanas anudadas para descender por la ventana, aprovechando un cambio de turno y la poca visibilidad. Tras abandonar la celda, alcanzó un muro de aproximadamente seis metros de altura, lo escaló y desapareció sin dejar rastro.
El hombre, de 41 años, cumplía una condena por múltiples delitos, incluido robo, con fecha de liberación prevista para octubre de 2048. Las autoridades consideran que el plan de fuga fue calculado con precisión y ejecutado con rapidez, por lo que ahora revisan imágenes de videovigilancia para reconstruir cada movimiento y descartar una posible ayuda interna.
La Prefectura de Milán activó un amplio operativo de búsqueda que incluye controles en carreteras, patrullajes en zonas rurales e industriales y refuerzo en las fronteras interiores ante la posibilidad de que el fugitivo intente salir del país. Taulant permanece actualmente en busca y captura.
El historial de fugas de Toma Taulant
La fuga no sorprendió del todo a los investigadores. Taulant registra al menos tres episodios previos de evasión, incluso desde centros de alta seguridad. La primera ocurrió en 2009 en la prisión de Terni. El caso más conocido se produjo en 2013, cuando escapó junto con otro interno de la cárcel de Parma. Tras 40 días de búsqueda, fue detenido en Bélgica y recluido en Lieja, donde volvió a fugarse vulnerando los sistemas de vigilancia.
Datos citados por EuroNews señalan que desde 2023 Italia registra un promedio anual elevado de fugas, en un sistema penitenciario que opera al 133 % de su capacidad. La escasez de personal y el hacinamiento agravan los fallos de supervisión.
Gennarino De Fazio, secretario general del sindicato policial Uilpa, afirmó que este episodio evidencia el fracaso de las políticas penitenciarias de las últimas décadas.