La Administración de Donald Trump dio a conocer este viernes su nueva Estrategia de Seguridad Nacional, una hoja de ruta que redefine la política exterior estadounidense bajo dos principios centrales: restaurar la predominancia de Estados Unidos en Occidente y reforzar el poder duro económico y militar para proteger sus intereses.
El documento plantea un retorno explícito al espíritu de la Doctrina Monroe, con un mensaje directo: “El pueblo estadounidense, y no los países extranjeros ni las instituciones globalistas, controlará su destino en el hemisferio”. Lea aquí: Nadia Blel y su candidatura al Senado: “Colombia necesita decisiones serias”
Prioridad: reordenar el hemisferio occidental
En su visión para la región, Washington propone reconsiderar su despliegue militar, ampliar alianzas estratégicas y usar la diplomacia comercial –a través de aranceles y acuerdos recíprocos– como principal herramienta de presión económica.
El plan se resume en dos conceptos: “expandir y alistar”. Esto incluye:
- Alistar aliados para frenar la migración irregular y el narcotráfico.
- Expandir la influencia económica estadounidense y fortalecer nuevos socios regionales.
El documento señala que, aunque es “difícil revertir” la influencia de otras potencias en América Latina, existen países cuya relación es más pragmática que ideológica, un terreno donde Washington pretende competir ofreciendo beneficios económicos y de seguridad.
En materia militar, Estados Unidos advierte que seguirá usando despliegues específicos en frontera y, cuando sea necesario, fuerza letal contra los cárteles, rompiendo con una estrategia que califica como fallida tras décadas de lucha antidrogas.
Europa: reconstruir relaciones con Rusia
La estrategia también envía un mensaje inusual sobre Europa. Según Washington, algunos gobiernos del continente mantienen “expectativas poco realistas sobre la guerra en Ucrania” y necesitan restablecer una relación estratégica con Rusia.
El documento sostiene que la ruptura entre Rusia y Europa es un ejemplo de la “falta de autoestima” del continente y advierte que la civilización europea enfrenta el riesgo de ser “borrada” si no redefine su rumbo.
Indo-Pacífico: economía y disuasión militar
En el plano asiático, Estados Unidos plantea un enfoque dual: re-equilibrar la relación económica con China mientras mantiene una fuerte política de disuasión militar para prevenir conflictos.
La administración Trump asegura que una política económica más disciplinada debe generar los recursos necesarios para sostener la disuasión a largo plazo. El documento evita mencionar temas delicados como Taiwán o las disputas en el mar de China Meridional. Lea aquí también: JEP reconoce a los Montes de María como víctima del conflicto armado
Oriente Próximo ya no es prioridad
Washington afirma que Oriente Próximo es hoy un escenario menos crítico, destacando:
- La supuesta debilidad de Irán tras la reciente ofensiva estadounidense-israelí.
- La disminución de la amenaza de Hamás.
- La posible estabilización de Siria con apoyo de Israel, Turquía y aliados árabes.
La Casa Blanca anuncia que la región dejará de dominar su política exterior y que abandonará los intentos de “intimidar” a monarquías del Golfo para que cambien sus modelos políticos. Ahora, dice el documento, las reformas deben darse “cuando surjan de forma natural”.

