El gobierno del presidente Donald Trump continúa aplicando transformaciones profundas en sus programas sociales, y uno de los más afectados es el Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria (SNAP). En los últimos días, ha tomado fuerza una reforma que podría dejar sin apoyo alimentario a millones de estadounidenses que dependen de este beneficio para cubrir necesidades básicas. Este cambio, que genera preocupación en todo el país, ya está siendo estudiado por los estados, que deben adaptarse a las nuevas reglas federales. Lee también: Solicitar una visa o residencia en Estados Unidos requerirá de esta prueba desde 2026.

La reforma que redefine el acceso al SNAP
La modificación surge de la Ley Única y Amplia (OBBBA), una iniciativa republicana aprobada a comienzos de este año. Tras su firma, el Departamento de Agricultura (USDA) ordenó a los estados actualizar sus sistemas para implementar las nuevas disposiciones. Algunos tienen plazo hasta el 1 de noviembre, pero otros ya comenzaron a aplicar los ajustes.
El punto más controversial recae en las normas para adultos sanos sin dependientes, conocidas como ABAWD. Bajo las reglas federales tradicionales, las personas sin discapacidades y sin personas a su cargo debían trabajar, buscar empleo o participar en programas de capacitación laboral al menos 80 horas mensuales para conservar los beneficios de SNAP. Con la reforma, estas obligaciones no solo se mantienen, sino que se amplían a un grupo mucho mayor de población.
Incremento en el límite de edad: el cambio más fuerte
Uno de los cambios más significativos es el aumento en el límite de edad. Anteriormente, la regla ABAWD aplicaba hasta los 59 años. Ahora, se extiende hasta los 65. Esto implica que millones de adultos mayores —muchos con limitaciones físicas, dificultades para conseguir empleo o condiciones de salud precarias— deberán cumplir con requisitos laborales para no perder el acceso a alimentos.
Nuevas condiciones para cuidadores y hogares con adolescentes
Otro ajuste clave afecta a los cuidadores. Antes, los padres o tutores de menores de hasta 18 años estaban exentos de la regla. Con la reforma, esa exención solo aplicará si el menor tiene menos de 14 años. Esto deja por fuera a miles de cuidadores de adolescentes, quienes ahora deberán cumplir horarios laborales que podrían no ser compatibles con las necesidades del hogar.

Grupos vulnerables que pierden protección
Además, la reforma elimina exenciones históricas destinadas a proteger a poblaciones particularmente vulnerables. Personas sin hogar, veteranos y jóvenes que estuvieron en el sistema de acogimiento familiar hasta los 24 años perderán el tratamiento especial que antes les permitía conservar los beneficios sin cumplir estrictas horas laborales. Estos grupos, que ya enfrentan múltiples barreras de acceso al empleo formal, podrían quedar limitados a recibir SNAP solo durante tres meses dentro de un periodo de tres años, a menos que cumplan con los requisitos laborales.
Un futuro incierto para millones de beneficiarios
En conjunto, la nueva reforma del SNAP redefine quién puede acceder al programa y bajo qué condiciones. Aunque sus defensores argumentan que incentivará la empleabilidad, organizaciones sociales, expertos en seguridad alimentaria y líderes comunitarios advierten que millones de personas podrían perder su principal fuente de apoyo nutricional. El impacto será especialmente fuerte en adultos mayores, cuidadores y grupos históricamente marginados, quienes enfrentarán mayores obstáculos para garantizar su alimentación en los próximos meses. Lee también: Trump fortalece lazos y recibe con honores al heredero de Arabia Saudita.

