El Gobierno de los Estados Unidos reveló una nueva directriz dada por el presidente Donald Trump, al Departamento de Seguridad Nacional, en el que se estipula un nuevo sistema de identificación para quienes deseen entrar o salir del país por aire, tierra o mar.
Según la nueva regla publicada este lunes, las autoridades norteamericanas tomarán fotografías y datos biométricos obligatorios para todos los extranjeros. Esta normativa entrará en vigencia a partir del 26 de diciembre tras difundirse ahora en el Registro Federal, permitiendo al Departamento de Seguridad Nacional recolectar datos como: huellas digitales y aspectos faciales de los extranjeros en aeropuertos, puntos terrestres y puertos marítimos cuando abandones Estados Unidos.
Sobre la medida, el Gobierno estadounidense argumentó que “implementar un sistema biométrico integrado de entrada y salida que compare los datos biométricos de los extranjeros recolectados a su llegada, con los recolectados a su partida, ayudará a abordar las preocupaciones de seguridad nacional”. Le podría interesar: Así son los nuevos ataques que prepara Donald Trump contra el narcotráfico
¿Qué amenazas esperan bloquear?
Entre las amenazas que combatirá el nuevo sistema, el Gobierno citó el terrorismo, el uso fraudulento de documentos de viaje, la sobrestadía de los visitantes, e información incorrecta o incompleta de los viajeros. “Dicho sistema también permitirá al DHS confirmar de manera más concreta la identidad de los extranjeros que estén buscando entrada o admisión a Estados Unidos, y verificar su salida de Estados Unidos”, indicaron.
La nueva directriz abarca a todos los no ciudadanos, incluyendo a quienes tengan una visa, residentes temporales, trabajadores temporales, menores de edad y adultos mayores.
El hecho que estos datos se tomen a la salida del país “simboliza un cambio fundamental en la política fronteriza y de vigilancia biométrica”, advirtió la firma legal Lincoln-Goldfinch Law. Lea también: Trump revierte decisión sobre despliegue de la Guardia Nacional en San Francisco
“Cuando se recolectan datos biométricos tanto en la salida como en la entrada, estamos entrando en un nuevo paradigma de vigilancia que exige supervisión jurídica activa. Las familias deben saber qué pasará con sus datos, cuánto tiempo se conservarán y cómo aclarar malentendidos”, declaró Kate Linconl-Goldfinch, abogada migratoria.
La defensora de derechos civiles opinó que “el Gobierno no puede tratar por igual a todos los no ciudadanos sin evaluar cada caso”, por lo que pidió “asegurar que esta regla se aplique con aviso claro, salvaguardias constitucionales y mínima interferencia con los viajes legales”.

