Un golpe al entorno del presidente Donald Trump provocó la reciente entrega a las autoridades del exasesor de Seguridad Nacional de los Estados Unidos, John Bolton, que deberá responder por la imputación de presuntos delitos relacionados con compartir y guardar de manera ilegal información clasificada de este país.
Bolton, quien fue cercano al actual presidente y quien ejerció precisamente bajo el primer mandato de Donald Tump un cargo de alto nivel, rechazó las acusaciones asegurando que se trata de una “notoria persecución política orquestada por quien fuera su superior”, con el que lleva discrepando en público desde hace años sobre su política de seguridad. Le podría interesar: Trump y Putin se reunirán en Budapest para negociar fin de la guerra
El ahora acusado llegó al juzgado federal de Greenbelt, en el estado de Maryland, después de que un gran jurado lo imputara por compartir más de mil páginas “en forma de diario personal” a dos familiares y por acumular “documentos, escritos y notas relacionadas con la defensa nacional” del país, según describe el pliego de cargos en su contra.
Donald Trump celebró públicamente este proceso
Tras ejercer en su día como una de las más destacadas figuras de la comunidad de Inteligencia norteamericana y de abanderar en el extranjero la ultranacionalista política de Trump como embajador ante la ONU, Bolton ha acabado cayendo en desgracia a los ojos del presidente, quien ha celebrado públicamente los procedimientos contra su exsubordinado, enfrentado ahora a 18 cargos en total: ocho cargos de transmisión de información de defensa nacional y 10 cargos de retención de información de defensa nacional.
Cada cargo conlleva una pena máxima de 10 años de prisión, aunque Bolton probablemente recibirá un castigo menor si es declarado culpable, dado que no tiene antecedentes.

