En un formato nunca antes visto se detectó una inédita, potente y peligrosa mezcla de sustancias ilícitas en un adhesivo incautado.
Un formato inédito que alarma a las autoridades
La alerta sanitaria la dio a conocer el Instituto de Salud Pública de Chile –ISP- a través de la sección de Análisis de Ilícitos resaltando que por primera vez “se detectan estas drogas ilícitas en este tipo de soporte”.
Peligrosa mezcla de cocaína, ketamina y THC
Según informó el ISP, el contenido altamente peligroso de los stickers adhesivos combina cocaína, ketamina y delta-9-tetrahidrocannabinol (THC).
Para Paola Tassara, jefa del Departamento de Estudios y Políticas Públicas de Senda, la presencia simultánea de estas sustancias en un soporte adhesivo es un “hecho inédito que observamos con especial preocupación”.
Esta peligrosa fusión “puede potenciar los efectos de cada sustancia y generar consecuencias graves para la salud, incluso en casos de exposición involuntaria”.
Desde el Sistema de Alerta Temprana emitimos una alerta a las entidades públicas y privadas que conforman esta instancia para advertir sobre la circulación de sustancias en este formato, con el fin de fortalecer las capacidades de respuesta ante posibles emergencias y promover medidas preventivas”.
Para Paola Tassara.
Riesgo de exposición en niños y adolescentes
La preocupación se centra en evitar que los menores de edad entren accidentalmente en contacto con esta clase de sustancias porque les puede generar graves daños en el cerebro, el corazón y la conducta.
Conoce sus efectos físicos, psicológicos y sociales, y cómo actuar ante una posible adicción juvenil.
Efectos neurológicos, físicos y sociales de la cocaína en menores
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), el uso temprano de estimulantes como la cocaína puede causar alteraciones cerebrales permanentes, adicción temprana y afectaciones emocionales que acompañan al individuo durante toda su vida adulta.
Efectos neurológicos: el cerebro en peligro
Durante la adolescencia, el cerebro aún está en proceso de maduración. La cocaína interfiere directamente con la dopamina -la sustancia que regula el placer y la motivación-, provocando una adicción más rápida y profunda que en los adultos.
Entre los principales efectos se destacan:
- Alteración del desarrollo cerebral y deterioro cognitivo.
- Problemas de atención, memoria y aprendizaje.
- Impulsividad, irritabilidad, ansiedad y episodios psicóticos.
- Mayor riesgo de desarrollar depresión y trastornos de personalidad.
Efectos físicos: daños al corazón y al cuerpo
El impacto físico de la cocaína en los menores de edad puede ser tan severo como inmediato.
Entre los efectos más comunes están:
Aumento del ritmo cardíaco y la presión arterial, con riesgo de infartos o arritmias.
- Pérdida del apetito y desnutrición progresiva.
- Alteraciones del sueño y fatiga crónica.
- Daños en el tabique nasal y vías respiratorias por inhalación.
- Convulsiones o daño cerebral por sobredosis.
Efectos sociales y emocionales: el entorno también sufre
El consumo de cocaína no solo afecta la salud física y mental, sino también el entorno familiar y social del menor.
- Los signos de alerta incluyen:
- Vinculación con grupos de riesgo o entornos delictivos.
Estos factores pueden generar un círculo de exclusión y conflicto que dificulta la rehabilitación temprana.
Consecuencias a largo plazo
El uso continuado de cocaína en menores deja huellas que pueden persistir toda la vida:
- Deterioro cognitivo permanente.
- Daños en el sistema cardiovascular y nervioso.
- Dependencia psicológica severa.
- Trastornos psiquiátricos en la adultez.
Según el Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas -NIDA, quienes comienzan a consumir sustancias antes de los 18 años tienen cuatro veces más probabilidades de desarrollar adicción crónica en comparación con quienes inician después.
¿Qué tan peligrosa es la ketamina para los menores de edad?
La ketamina representa un alto riesgo para la salud física y mental de los menores de edad. Aunque es un anestésico de uso médico, su consumo recreativo puede causar daños graves e irreversibles en el cerebro en desarrollo, afectando la memoria, la atención y el control de los impulsos.
Entre los efectos más peligrosos se encuentran las alucinaciones, la desorientación, la pérdida de conciencia y, en casos graves, el paro respiratorio o el coma.
Consecuencias a largo plazo y necesidad de prevención temprana
Además, su uso repetido puede generar dependencia psicológica, problemas urinarios severos y trastornos emocionales como depresión y ansiedad.
Las autoridades sanitarias advierten que, al combinarse con alcohol u otras drogas, el riesgo de muerte súbita aumenta de forma considerable.
Si se sospecha que un menor está consumiendo cocaína o ketamina, es crucial buscar ayuda profesional de inmediato. En Colombia, los centros de atención en salud mental y adicciones del Ministerio de Salud o del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar -ICBF ofrecen apoyo gratuito y confidencial.
Fuentes: OMS, NIDA, ICBF, DEA, AACAP y MinSalud de Colombia.