El británico Shaine March, de 47 años, enfrenta un juicio en Londres acusado del feminicidio de su pareja, Alana Odysseos, a quien apuñaló 19 veces en su vivienda de Walthamstow, luego de que ella se negara a abortar. De ser hallado culpable, podría enfrentar cadena perpetua.
Según la Fiscalía, el crimen ocurrió después de que Alana descubriera que estaba embarazada de su tercer hijo y rechazara la exigencia de March de interrumpir el embarazo. La negativa desató la ira del acusado, quien la atacó brutalmente con un arma blanca dentro de su casa. Lea también: Suegro atacó al yerno con un machete y le causó una herida en el cuello
Hombre enfrenta juicio en Londres por apuñalar 19 veces a su pareja tras negarse a abortar
Durante la audiencia, varios vecinos declararon haber escuchado gritos y pedidos de auxilio provenientes del domicilio de la víctima la noche del crimen. Minutos después, Alana fue hallada gravemente herida fuera de su vivienda, vestida con un camisón y una bata, intentando detener la hemorragia en su costado derecho.
Los informes forenses confirmaron que la mujer presentaba 19 heridas de arma blanca en el pecho, abdomen, pelvis y otras partes del cuerpo. Pese a los esfuerzos de los paramédicos, falleció poco después del ataque.
Confesión del acusado
Tras su arresto, Shaine March admitió su responsabilidad en el crimen ante la Policía. “Lo hice. Le dije que abortara”, declaró, según el diario The Sun. La Fiscalía informó que la pareja llevaba apenas cuatro meses de relación y que el acusado reaccionó con ira al conocer el embarazo, incluso acusando falsamente a Alana de infidelidad.
Los fiscales calificaron el hecho como un feminicidio motivado por control y violencia de género, señalando que March intentó imponer su decisión sobre el cuerpo y la vida de la víctima.
Posible condena y repercusiones
El tribunal londinense evalúa la responsabilidad penal de March, cuya conducta ha sido descrita como “extremadamente violenta y premeditada”. Si es declarado culpable, podría ser condenado a cadena perpetua.
El caso ha reavivado el debate sobre la violencia machista y los derechos reproductivos de las mujeres en Reino Unido, en medio de llamados a fortalecer las políticas de protección y justicia para las víctimas.