En medio de la denominada misa del Jubileo de los misioneros y migrantes, realizada este domingo en la Plaza de San Pedro del Vaticano, el papa León XIV indicó que los migrantes “no pueden y no deben encontrar estigma de la discriminación” cuando lleguen a un lugar o puerto seguro, perteneciente a cualquier nación del mundo.
“Hermanos y hermanas, esas barcas que esperan avistar un puerto seguro en el que detenerse y esos ojos llenos de angustia y esperanza que buscan una tierra firme a la que llegar, no pueden y no deben encontrar la frialdad de la indiferencia o el estigma de la discriminación”, sostuvo el pontífice. Podría interesarle: Papa León XIV hace un fuerte llamado a la justicia global y la equidad
Esta misa dirigida al mundo misionero y a los migrantes, congregó a miles de peregrinos entre inmigrantes y refugiados llegados de varios países del mundo. En este espacio sagrado el pontífice estadounidense, quien fue misionero por varios años en Perú, mencionó que la misión permite llevar la fe a “aquellos que viven una historia difícil y herida”.
“Pienso en modo particular en los hermanos migrantes, que han debido abandonar su tierra, muchas veces dejando a sus seres queridos, atravesando las noches de miedo y de soledad, padeciendo en su propia piel la discriminación y la violencia”, afirmó el papa. Podría ser de interés: Niña colombiana rompió protocolo en el Vaticano y recibió bendición del papa
Retos de la Iglesia en “una época misionera nueva”
Además fue enfático en explicar que la Iglesia enfrenta en la actualidad una época misionera nueva, con fronteras que ya no son geográficas, sino de ámbito social y afectivo. Ya que durante mucho tiempo la misión significaba “partir” hacia territorios lejanas que no rezaban a Dios o se encontraban en pobreza extrema.
Pero ahora, explicó el papa, se busca es aliviar “el sufrimiento y el deseo de una esperanza mayor”. “Nos lo atestigua la historia de muchos de nuestros hermanos migrantes, el drama de su fuga de la violencia, el sufrimiento que los acompaña, el miedo a no lograrlo, el riesgo de peligrosas travesías a lo largo de las costas del mar, su grito de dolor y desesperación”, dijo.
El papa instó a evitar la indiferencia con los inmigrantes y a “mirar a la cara a aquellos que llegan desde tierras lejanas y sufrientes, abrirles los brazos y el corazón, acogerles como hermanos, ser para ellos una presencia de consolación y esperanza”. Una idea alejada de su compatriota Donald Trump. Lea también: Canonización histórica: José Gregorio Hernández y Carmen Rendiles serán los primeros santos venezolanos
León XIV animó en particular a la Iglesia europea para que de un “impulso misionero nuevo” que “ofrezca su servicio a las tierras de misión, nuevas propuestas y experiencia vocacionales capaces de suscitar este deseo, especialmente en los jóvenes”.
Mientras que, sobre los migrantes, consideró que deben “siempre” ser bienvenidos. “A los migrantes les digo: sed siempre bienvenidos. Los mares y los desiertos que han atravesado, en la Escritura son lugares de salvación, en los que Dios se hizo presente para salvar a su pueblo. Les deseo encontrar este rostro de Dios en las misioneras y en los misioneros que encontrarán”, terminó.