El barrio Villa 9 de Julio, en Córdoba, quedó marcado por un crimen ocurrido el pasado 3 de agosto.
Ese día, a las 10:11 de la mañana, Ricardo Morales, un albañil de 58 años, fue atacado a puñaladas por Valentín René Vivas, expareja de su compañera sentimental.
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Según el informe policial, Vivas interceptó a la pareja cuando caminaban hacia una panadería, giró en “U” con su motocicleta y descendió con un cuchillo en mano. Allí, le asestó al menos siete heridas en el pecho y brazos, además de golpes en la cabeza. Morales murió en el lugar, frente a su pareja, que logró huir.
La mujer, que llevaba seis meses de relación con Morales, había recibido amenazas previas de Vivas, entre ellas un audio en el que le advirtió: “Vos me enterraste al salir con otra persona. Cuando te toque pagar, vas a llorar lágrimas de sangre”, según relató la abogada querellante, Gisela Piedi.
El agresor se dio a la fuga y permaneció prófugo durante una semana, hasta que fue capturado el 12 de agosto en Morteros, tras el rastreo de cámaras y peajes. Fue recluido en la cárcel de Bouwer con prisión preventiva.
Aunque en un inicio se especuló con un móvil económico, las pruebas apuntaron al hostigamiento y las amenazas previas de Vivas contra su expareja.
Finalmente, el 12 de septiembre, el acusado se presentó ante la Fiscalía de Violencia de Género del 4º turno y confesó ser el autor del crimen. En un juicio abreviado, la fiscalía solicitó prisión perpetua por homicidio calificado y amenazas. La defensa intentó sin éxito obtener arresto domiciliario por la edad y problemas de salud del imputado.