El pasado 4 de agosto, en Estados Unidos se encendieron las alertas luego de que un hombre que viajó desde El Salvador fuera diagnosticado con el gusano barrenador, conocido popularmente como el “devora hombres”. Aunque esta plaga se asociaba principalmente al ganado y otros animales, en esta ocasión afectó directamente a un ser humano, generando preocupación entre las autoridades de salud pública.
Según reportó el Departamento Sanitario, el paciente logró recuperarse satisfactoriamente sin transmitir el parásito a otras personas. Sin embargo, el caso generó temor debido a que esta especie había sido erradicada del territorio estadounidense hace más de cinco décadas, y su reaparición podría desencadenar una crisis sanitaria de gran magnitud. Te podría interesar: Alerta por bacteria en queso colombiano: autoridades ordenan su retiro.
¿Qué es el gusano barrenador “devora hombres”?
El gusano barrenador (Cochliomyia hominivorax) es una infestación producida por larvas de moscas que se alimentan exclusivamente de tejido vivo en heridas abiertas. Este comportamiento lo convierte en una de las plagas más agresivas para los mamíferos, incluyendo a los seres humanos.
Su ciclo de vida es sumamente invasivo:
- Las moscas adultas depositan sus huevos en heridas o mucosas.
- En menos de 24 horas nacen las larvas, que comienzan a devorar el tejido vivo.
- Durante 4 a 8 días, las larvas continúan alimentándose hasta caer al suelo y convertirse en pupas.
- Posteriormente emergen como moscas adultas, listas para reiniciar el ciclo.
Síntomas de la infección por gusano barrenador
La miasis causada por este parásito presenta síntomas graves que pueden avanzar rápidamente si no se tratan a tiempo. Entre los principales signos de alerta están:
- Heridas que no cicatrizan de forma normal.
- Dolor intenso y persistente en la zona afectada.
- Inflamación progresiva alrededor de la herida.
- Secreción purulenta con olor desagradable.
- Movimiento visible de larvas dentro de la herida.
- Expansión del área dañada y necrosis del tejido.
- Fiebre, malestar general y, en casos extremos, septicemia.
El regreso del “devora hombres” preocupa a expertos en salud pública, ya que su presencia no solo amenaza al ganado y la producción agrícola, sino también la vida de los seres humanos. Por eso, su detección temprana y el control sanitario resultan fundamentales para evitar una propagación en Estados Unidos.