El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó este 12 de agosto de 2025 una orden ejecutiva que extiende por 90 días la tregua arancelaria con China, decisión que evita un nuevo capítulo de la guerra comercial entre Estados Unidos y China. El anuncio lo realizó el primer mandatario estadounidense a través de la red social, Truth Social y se produjo a horas de que expirara el plazo del acuerdo previo, lo que habría activado un aumento de tarifas de hasta un 30 % sobre productos chinos.
La prórroga llega después de varias rondas de diálogo diplomático en ciudades como Ginebra, Londres y Estocolmo. Aunque la medida es vista como un gesto de distensión, las diferencias sobre propiedad intelectual, subsidios tecnológicos, exportaciones estratégicas y déficit comercial siguen siendo los principales puntos de fricción que podrían dificultar un acuerdo definitivo. Lee también: Donald Trump anuncia nuevos aranceles a productos de Corea del Sur.
Qué implica la extensión de la tregua arancelaria entre EE.UU y China
Con esta decisión, Estados Unidos mantiene sin cambios sus actuales tarifas sobre productos chinos, mientras que China conserva el 10 % aplicado a ciertos bienes estadounidenses. El objetivo es ganar tiempo para continuar negociaciones bilaterales y evitar una escalada que afecte el comercio internacional y las cadenas de suministro globales.
La noticia fue bien recibida por los mercados financieros. En Asia, el Nikkei japonés subió un 2,2 %, el Topix un 1,4 % y el índice chino CSI 300 avanzó un 0,5 %. En el mercado energético, los precios del petróleo registraron ligeras alzas ante la expectativa de que la tregua reduzca tensiones geopolíticas y favorezca la demanda mundial de crudo.

Camino hacia una posible cumbre Trump-Xi
La extensión fortalece las posibilidades de un encuentro entre Donald Trump y Xi Jinping en los próximos meses. Fuentes diplomáticas han señalado que ambas partes estarían explorando la viabilidad de una reunión de alto nivel para destrabar los temas más complejos y avanzar hacia un pacto de largo plazo.
A pesar del respiro temporal, los retos siguen presentes y hay muchos puntos que estas dos potencias aún no han acordado:
- Protección de propiedad intelectual: Washington exige mayores garantías contra el uso no autorizado de tecnología estadounidense.
- Subsidios estatales: Estados Unidos critica los apoyos del gobierno chino a su sector tecnológico.
- Control de exportaciones: disputa sobre bienes estratégicos como semiconductores y tierras raras.
- Déficit comercial: EE. UU. busca reducir el desequilibrio en el intercambio bilateral.