Este 4 de julio, el cielo de Estados Unidos volvió a teñirse de rojo, blanco y azul con fuegos artificiales, que celebraron la independencia nacional. Sin embargo, en muchas localidades de este país como en el sur de California y los Ángeles, la jornada patriótica se vivió en silencio. El temor a redadas migratorias por parte del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) forzó la cancelación de desfiles y festivales conmemorativos.

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EFEEn lugar del estruendo habitual de la pólvora, lo que resonó en varios lugares fue el eco del miedo. Para muchos, este Día de la Independencia no fue una celebración, sino una jornada de prudencia, marcada por la vigilancia, la desconfianza y el ausentismo en espacios públicos.
Es importante señalar que, en el marco de esta conmemoración el presidente de Estados Unidos, Donald Trump firmó la noche de ayer el acuerdo del nuevo Plan Fiscal y Presupuestal del país. Este proyecto al que Trump ha llamado públicamente su “gran y hermoso proyecto de ley”, fue aprobado con escaso margen por la Cámara de Representantes, donde obtuvo 218 votos a favor y 214 en contra, en la actualidad, no ha sido bien recibido por algunos sectores del poder en este país. Lee también: Polémica: Trump sugiere otra vez deportar a ciudadanos de Estados Unidos.

La historia detrás del 4 de julio
Cada 4 de julio, Estados Unidos conmemora la firma de la Declaración de Independencia en 1776, cuando las trece colonias rompieron formalmente sus lazos con el Reino de Gran Bretaña. El documento, redactado principalmente por Thomas Jefferson, proclamó los principios de libertad, soberanía y derecho a la autodeterminación, sentando las bases ideológicas de la nación.
Desde entonces, la fecha se convirtió en símbolo de orgullo patriótico, celebrada con desfiles militares, discursos, festivales comunitarios, comida típica, conciertos al aire libre y espectáculos de fuegos artificiales en cada rincón del país. Pero en los últimos años, factores como la polarización política, las tensiones raciales y los debates sobre migración han empañado el carácter unitario de la conmemoración.
California: entre la fiesta y el miedo
En 2025, el estado de California vivió uno de los 4 de julio más atípicos de su historia reciente. Según reportó el diario El País, múltiples ciudades del área metropolitana de Los Ángeles suspendieron sus actos oficiales por temor a operativos del ICE dirigidos a comunidades migrantes.
Las autoridades locales justificaron la decisión por razones de seguridad y protección comunitaria. Muchos residentes, en su mayoría latinos y migrantes, habían manifestado que no asistirían a actos públicos ante el riesgo de ser detenidos. Las redadas recientes en estacionamientos, centros laborales e incluso calles residenciales habían encendido las alarmas y alimentado el pánico.
Las redadas recientes y el efecto dominó
Durante las semanas previas al 4 de julio, varios operativos del ICE en California—principalmente en zonas del norte del estado—resultaron en decenas de detenciones, muchas de ellas documentadas por organizaciones civiles. Aunque no se confirmaron redadas masivas en el marco de las celebraciones, los rumores fueron suficientes para paralizar la programación cultural en múltiples comunidades.
En respuesta, varios colectivos de derechos civiles activaron redes de apoyo y líneas de emergencia. Algunas iglesias abrieron sus puertas como “santuarios temporales” para personas sin estatus migratorio regular, y circularon infografías sobre derechos legales ante una eventual detención.
Un reflejo de las tensiones sociales en EE. UU.
Lo que se vivió este 4 de julio refleja una tensión creciente en Estados Unidos entre el discurso de libertad y las realidades que enfrentan comunidades migrantes. Mientras se celebra la independencia de una nación construida por inmigrantes, miles de personas viven en constante amenaza de deportación o separación familiar.
La paradoja no pasa desapercibida: en el día que conmemora la lucha por los derechos inalienables del ser humano, una parte de la población prefiere permanecer oculta para no ser víctima de políticas migratorias restrictivas.

Una independencia dividida
El Día de la Independencia sigue siendo una de las fechas más emblemáticas del calendario estadounidense. Pero el 4 de julio de 2025 dejó claro que no todos lo viven de la misma forma. Para unos, fue una jornada de unión nacional, para otros, un recordatorio de las brechas profundas que aún dividen a la sociedad.
Así, entre fuegos artificiales y puertas cerradas, este día dejó una postal contradictoria: la de una nación que se proclama libre mientras millones viven bajo la sombra de la incertidumbre migratoria.