Al menos 103 personas murieron y otras 219 resultaron heridas en la Franja de Gaza en las últimas 24 horas como resultado de los ataques del Ejército israelí, informó este jueves el Ministerio de Sanidad del enclave, controlado por Hamás.
Los cuerpos fueron trasladados a distintas morgues del territorio, según los reportes médicos que siguen documentando los efectos del conflicto armado, que ya supera los ocho meses de duración.
La ofensiva, iniciada tras los ataques de Hamás contra Israel el 7 de octubre de 2023, ha dejado un saldo devastador. De acuerdo con el mismo ministerio, al menos 56.259 palestinos han muerto y más de 132.000 han resultado heridos desde el inicio de las hostilidades. Lea: Así va el saldo de palestinos muertos tras 627 días de ofensiva israelí
Ataques golpean zonas civiles y distribución de alimentos
Entre los fallecidos recientes, al menos 45 perdieron la vida en una serie de bombardeos en Ciudad de Gaza, incluyendo al menos siete integrantes de una misma familia, según fuentes médicas citadas por EFE. Además, 12 personas murieron cuando intentaban acceder a ayuda humanitaria en centros de distribución de alimentos operados por la Fundación Humanitaria para Gaza (GHF, por sus siglas en inglés), en el sur y centro del enclave.
La GHF, que comenzó a operar a finales de mayo con respaldo de Estados Unidos e Israel, ha sido escenario de múltiples incidentes letales. Según el Ministerio de Sanidad gazatí, más de 500 palestinos han muerto en las inmediaciones de estos puntos humanitarios, en su mayoría por fuego israelí.
En medio de la crisis, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, anunció anoche que ha ordenado al Ejército “diseñar un nuevo plan de gestión de la ayuda humanitaria en el norte de Gaza” en un plazo de 48 horas. Según dijo, Hamás estaría apropiándose de los suministros que entran a esa zona, lo que ha llevado a suspender la operación de la GHF en el norte del territorio.
Actualmente, la escasa ayuda humanitaria que logra ingresar a esa región es interceptada por la población civil. “Es la propia población la que detiene los pocos camiones de la ONU que entran y se hacen con su contenido, a veces de forma violenta”, relatan las fuentes consultadas.