A dos años de la trágica muerte de la recién nacida Polly, un tribunal en Reino Unido concluyó que la causa directa de su fallecimiento no fue una sobredosis médica, sino una grave condición de salud preexistente. El caso ha generado conmoción en el país tras conocerse que el equipo de enfermería le administró una dosis 10 veces superior a la recomendada de un relajante muscular.
Polly murió con solo 18 horas de vida, después de sufrir dos paros cardíacos. El primero ocurrió tras recibir el medicamento, y aunque fue reanimada, dos horas más tarde su corazón volvió a fallar. La historia médica inicial no especificaba con claridad lo ocurrido, pero los padres, Kimberley y Jacob, recordaron una conversación clave entre enfermeras.
Según los testimonios, una de las enfermeras comentó que la dosis adecuada era de 0,33, pero luego reconoció que administró 3,33 miligramos, es decir, diez veces más de lo recetado.
Las profesionales de enfermería reconocieron el error ante el tribunal, que lo calificó como una falla en el registro y administración de medicamentos.
A pesar del error, una autopsia reveló que la verdadera causa de muerte fue una sepsis combinada con daños pulmonares severos. La doctora Naomi Carter, patóloga forense, indicó que Polly era “una bebé muy, muy enferma” y que, si bien la sobredosis pudo haber acelerado el desenlace, probablemente habría fallecido por sus problemas médicos subyacentes.
En consecuencia, el tribunal determinó que no se presentarán cargos penales por homicidio por negligencia grave contra las enfermeras, aunque la investigación sigue abierta y se esperan nuevos detalles.
La voz de los padres de bebé que falleció por error médico
Kimberley, madre de Polly, expresó tras conocer la decisión judicial:
“Cualquier padre que haya perdido a un hijo sabe que el dolor es indescriptible, pero lo que nos motiva es saber que debemos ser la voz de Polly y ayudar a garantizar que se aprendan las lecciones. El hospital y todo el personal involucrado deben rendir cuentas por los errores cometidos”.
La policía de Gran Manchester reiteró que no se formularán cargos penales, pero las acciones disciplinarias y los cambios en los protocolos hospitalarios continúan en evaluación.