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Este país europeo aplicó la semana laboral de 4 días y ha sido un éxito

Un modelo laboral que parecía utópico ahora marca tendencia en Europa y redefine el equilibrio entre trabajo, bienestar y tiempo libre.

Este país europeo aplicó la semana laboral de 4 días y ha sido un éxito

Este país europeo aplicó la semana laboral de 4 días, ¿qué pasó?

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Islandia se ha convertido en referente mundial en la transformación del modelo laboral. Seis años después de haber implementado la semana laboral de cuatro días, el país escandinavo no solo ha desmontado los temores sobre una posible caída de la productividad, sino que ha demostrado que jornadas más cortas pueden mejorar significativamente la calidad de vida sin afectar el rendimiento económico.

Todo comenzó en 2015, cuando las autoridades islandesas pusieron en marcha uno de los ensayos más ambiciosos en Europa: reducir la jornada laboral semanal sin disminuir el salario. La iniciativa arrancó con 2.500 empleados, más del 1 % de la población activa, y tras demostrar su eficacia, fue oficializada en 2019. Hoy, cerca del 90 % de los trabajadores islandeses goza de una semana laboral de 36 horas, en contraste con las tradicionales 40. Lea: Reforma laboral vuelve a debate el miércoles; sigue consulta 2.0

Semana laboral de 4 días no redujo productividad en Islandia

Los resultados del experimento han sido contundentes. Informes recientes, citados por medios internacionales como el Farmingdale Observer, indican que la productividad no solo se ha mantenido, sino que en varios sectores ha mejorado. A la par, los empleados reportan beneficios tangibles en su salud mental, un mayor equilibrio entre la vida personal y profesional, y menos niveles de estrés.

“Para el 90 % de los islandeses, la semana de 36 horas significa menos estrés, más satisfacción laboral y más tiempo para disfrutar de la vida”, señaló María Hjálmtýsdóttir, profesora universitaria y defensora de la medida. Esta transformación ha sido acompañada por un enfoque integral en políticas de bienestar, donde la prioridad ha sido optimizar el tiempo de trabajo sin imponer mayores exigencias diarias.

A diferencia de países como Bélgica, donde la semana de cuatro días obliga a ampliar la duración de cada jornada, Islandia optó por una reducción real de las horas trabajadas, manteniendo los ingresos intactos. Esta diferencia estructural ha sido clave en la aceptación y éxito del modelo.

Generación Z impulsó cambios laborales que hoy son realidad

Lo que en su momento fue calificado como una visión utópica promovida por la Generación Z, hoy se refleja en la política laboral islandesa. Jóvenes trabajadores y activistas habían abogado por un entorno más flexible, centrado en el bienestar emocional, el tiempo libre y la autonomía. Ahora, muchas de esas propuestas se han materializado en la práctica.

La implementación del modelo también ha impulsado cambios sociales relevantes. La redistribución del tiempo ha favorecido la equidad de género en el hogar, permitiendo una participación más activa de hombres y mujeres en las tareas domésticas y la crianza de los hijos. El efecto ha sido un avance sustancial en materia de igualdad, respaldado por la experiencia cotidiana de las familias islandesas.

Este país europeo aplicó la semana laboral de 4 días, ¿qué pasó?. // Foto: Colprensa.
Este país europeo aplicó la semana laboral de 4 días, ¿qué pasó?. // Foto: Colprensa.

Tecnología fue clave en el éxito del nuevo modelo laboral

La infraestructura digital ha jugado un papel fundamental en el éxito de esta transformación. La mejora en la conectividad, incluso en las regiones rurales, ha permitido que el teletrabajo y la reorganización del tiempo se integren de forma eficiente a la vida laboral. La familiaridad de las nuevas generaciones con las herramientas tecnológicas ha facilitado una transición fluida hacia este nuevo modelo de trabajo.

Más allá del entorno profesional, los ciudadanos islandeses también han experimentado una mejora en su bienestar general. El aumento del tiempo libre ha permitido fortalecer los lazos familiares, dedicar más tiempo al ocio y cuidar de la salud mental.

El caso de Islandia ha generado interés en diversos países europeos. Actualmente, Alemania, Portugal, España y Reino Unido desarrollan programas piloto inspirados en el modelo islandés. Incluso en Bélgica, donde la legislación ya contempla la semana de cuatro días, se estudian ajustes para replicar los resultados positivos alcanzados en el norte del continente.

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