La relación entre el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el empresario Elon Musk atraviesa su peor momento. Las críticas del fundador de Tesla y SpaceX al ambicioso plan presupuestario impulsado por la Casa Blanca provocaron una reacción inmediata del mandatario, quien reconoció sentirse “muy decepcionado” por las declaraciones de quien hasta hace poco era uno de sus asesores más cercanos.
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EL UNIVERSAL Y EFE“Mira, Elon y yo teníamos una gran relación. No sé si la seguiremos teniendo. Me sorprendió”, expresó Trump desde el Despacho Oval, visiblemente molesto por la postura del empresario.
Musk, por su parte, no tardó en responder a través de su red social X, donde acusó al presidente de difundir afirmaciones falsas y subrayó que “este proyecto de ley nunca me fue mostrado ni una sola vez y fue aprobado en plena noche tan rápido que casi nadie en el Congreso pudo siquiera leerlo”. Lea: Elon Musk esquiva acusación de drogas durante campaña presidencial
La disputa se intensificó luego de que el presidente señalara que Musk “conocía los entresijos del proyecto de ley mejor que nadie aquí. No le importó. De repente, se encontró con un problema, y solo lo agravó cuando se enteró de que íbamos a recortar la obligatoriedad de los vehículos eléctricos”.
Musk, visiblemente indignado, también aseguró que sin su influencia Trump habría perdido las elecciones. “Trump habría perdido las elecciones, los demócratas controlarían la Cámara de Representantes y los republicanos tendrían 51-49 en el Senado. Qué ingratitud”, publicó en su cuenta personal, en medio de una serie de mensajes contra el proyecto que considera perjudicial.
Controversia por el plan fiscal de Trump y sus efectos económicos
El megaproyecto presupuestario, descrito por Trump como “la ley grande y hermosa”, contempla amplios recortes fiscales, impuestos a las remesas y una drástica reducción del gasto público. Su aprobación en la Cámara de Representantes, por un solo voto de diferencia, fue celebrada por el oficialismo, pero ha generado una fuerte resistencia tanto en sectores demócratas como dentro del propio Partido Republicano.
Uno de los puntos más polémicos es el impuesto del 3,5% a las remesas, que impactaría a aproximadamente 40 millones de personas, incluidos migrantes en situación irregular y trabajadores temporales. Según estimaciones del Centro para el Desarrollo Global, esto podría afectar gravemente el flujo de dinero enviado desde Estados Unidos a otros países, generando un aumento en el uso de canales informales menos seguros.
Además, el proyecto propone ampliar los recortes de impuestos implementados durante el primer mandato de Trump, lo que, según sus detractores, beneficiaría a los sectores más ricos mientras recorta servicios básicos para las poblaciones vulnerables. La Oficina Presupuestaria del Congreso advirtió que la medida trasladaría riqueza del 10% más pobre al 10% más rico del país.
Recortes a Medicaid y ayudas alimentarias en plan de Trump
El megaproyecto también prevé ajustes significativos en programas de protección social como Medicaid y la ayuda alimentaria. Analistas independientes estiman que hasta siete millones de personas podrían perder la cobertura médica pública, una medida que despierta rechazo incluso entre votantes republicanos.
A esto se suman recortes que afectarían a cerca de 3,2 millones de beneficiarios de asistencia alimentaria. Los senadores más moderados temen el impacto que estas reducciones podrían tener en los estados más dependientes de la ayuda federal, donde una parte considerable de la población vive bajo condiciones de vulnerabilidad.
Pese a las críticas, la Casa Blanca sostiene que el plan estimulará el crecimiento económico. Sin embargo, estudios independientes estiman que, aun con una expansión de la economía, el paquete legislativo podría añadir entre 2,5 y 3,1 billones de dólares a los déficits de la próxima década.
El senador republicano Ron Johnson, crítico del proyecto, expresó a CNN: “Tenemos suficientes (opositores) para detener el proceso hasta que el presidente se tome en serio la reducción del gasto y del déficit”.
El debate ahora se traslada al Senado, donde los republicanos cuentan con una ajustada mayoría de tres votos. La meta es lograr su aprobación antes del 4 de julio, Día de la Independencia, aunque las divisiones internas podrían complicar ese objetivo.
Entretanto, Trump continúa defendiendo su propuesta desde su red Truth Social, donde recientemente afirmó que “tantas declaraciones falsas se están haciendo sobre ‘EL ÚNICO, GRANDE, HERMOSO PROYECTO DE LEY’” y negó que se vayan a realizar recortes en Medicaid, pese a las evidencias en contrario.