En un mundo donde la naturaleza se convierte en arte, existen lugares que parecen salidos de un sueño o de una pintura surrealista. Estos escenarios, moldeados por cientos de siglos de procesos geológicos y climáticos, nos recuerdan que la Tierra aún guarda secretos capaces de asombrarnos. Desde desiertos de sal que reflejan el cielo hasta cañones esculpidos por el agua, estos cinco destinos nos invitan a explorar lo imposible.
Dos de estos lugares se encuentran en América Latina, demostrando que nuestro continente alberga paisajes que no rivalizan con los más extraordinarios del planeta. A continuación, te presentamos los cinco sitios más surrealistas del mundo, donde la realidad supera la imaginación. Lee también: 5 maravillas de Centroamérica que enamoran a los turistas.
Sitios surrealistas del mundo
Upper Antelope Canyon (Arizona, EE. UU.)
Ubicado en el norte de Arizona, el Upper Antelope Canyon es un cañón de ranura formado por la erosión del agua a lo largo de miles de años. Sus estrechas paredes de arenisca, que alcanzan hasta 40 metros de altura, crean un espectáculo de luces y sombras cuando los rayos del sol se filtran a través de las rendijas superiores. Este fenómeno natural transforma el cañón en un corredor de colores, desde naranjas intensos hasta púrpuras profundos.
El cañón se encuentra en una reserva indígena navajo y solo puede ser visitado con guías autorizados, quienes comparten la historia y la espiritualidad que rodea este lugar sagrado.

Fosas de las Marianas (Océano Pacífico)
Las profundidades del océano esconden paisajes tan surrealistas como los de la superficie terrestre. La Fosa de las Marianas, ubicada en el océano Pacífico occidental, es el punto más profundo conocido del planeta, alcanzando más de 11,000 metros de profundidad. Este abismo alberga formas de vida extremófilas que desafían nuestra comprensión de la biología. A su vez, alrededor de esta han existido cientos de leyendas debido a lo misterioso y profundo que es el lugar.

Parque Nacional dos Lençóis Maranhenses (Brasil)
En el noreste de Brasil, el Parque Nacional dos Lençóis Maranhenses ofrece un paisaje que desafía las expectativas: un vasto desierto de dunas blancas que, durante la temporada de lluvias, se llena de lagunas de aguas cristalinas. Este fenómeno ocurre cuando las precipitaciones se acumulan en las depresiones entre las dunas, creando miles de piscinas naturales de tonos turquesa y esmeralda. El contraste entre la arena blanca y las aguas coloridas da la impresión de un oasis interminable, convirtiendo este parque en un destino único en el mundo.

Salar de Uyuni (Bolivia)
El Salar de Uyuni, en el suroeste de Bolivia, es el desierto de sal más grande y alto del mundo, con una superficie de más de 10,000 kilómetros cuadrados a una altitud de 3,650 metros. Durante la temporada de lluvias, una delgada capa de agua cubre el salar, transformándolo en un espejo gigante que refleja el cielo y crea la ilusión de caminar entre las nubes.
En la estación seca, el salar revela un patrón de polígonos de sal que se extiende hasta el horizonte. En su interior se encuentran islas como Incahuasi, cubiertas de cactus gigantes que pueden alcanzar hasta 10 metros de altura.

Glaciar Vatnajökull y Lago Jökulsárlón (Islandia)
En Islandia, el glaciar Vatnajökull, el más grande de Europa, y el lago glaciar Jökulsárlón ofrecen un paisaje de hielo y agua que parece de otro planeta. El lago, formado por el deshielo del glaciar, está salpicado de icebergs que flotan lentamente hacia el océano. Con una profundidad de hasta 284 metros, Jökulsárlón es el lago más profundo de Islandia y ha sido escenario de varias películas debido a su belleza sobrecogedora.
El contraste entre los bloques de hielo azul, las aguas oscuras y las playas de arena negra cercanas crea un entorno visualmente impactante. Además, la zona es hogar de focas y diversas aves marinas, lo que añade vida a este paisaje glaciar. Lee también: Estos son los 10 aeropuertos más bonitos del mundo.
