¿Te imaginas un lugar religioso en el cual sus paredes entre rejas tengan cientos de huesos exhibidos? No es solo imaginar, es una realidad, entre las congestionadas calles de Milán, Italia, se encuentra uno de los monumentos que intriga y fascina a cientos de turistas del mundo, se trata de una capilla que en sus paredes alberga cientos de huesos, es San Bernardino alle Ossa.
Esta modesta y un poco espeluznante capilla europea situada Piazza Santa Stefano, Milán, a sólo 300 metros del Duomo de Milán esta alberga entre sus paredes un encanto único que la ha hecho poseedora y reconocida como la Capilla de los Huesos de Milán. Aquí te presentamos un poco de la historia de este lugar que tiene un toque medieval que cautiva a cientos de visitantes que llegan a esta ciudad europea en busca de experiencias nuevas. Lee también: Este es el país más viejo del mundo, está en Europa y tiene más de 1.700 años.
@destinotierra Una sala de huesos humanos en Milán 😱 La encontramos en la Iglesia de San Bernardino Alle Ossa… #milan #milano #italia #italy #italy🇮🇹 #italy🇮🇹🇮🇹🇮🇹 #milanoitaly #travel #duomo #duomodimilano #sanbernardino #huesos #sanbernardinoalleossa #iglesiacatolica #iglesia ♬ sonido original - destinotierra
Historia de la capilla San Bernardino alle Ossa
Los orígenes de este lugar se remontan del año 1127, inicialmente se construyó en aquel lugar un hospital para leprosos y justo a su lado, un cementerio que en menos de 100 años se quedó sin lugar para la sepultura de más difuntos, es por esto, que para solucionar este problema decidieron construir un depósito para alojar los huesos, es decir, una especie de osario, Con el pasar de los años, ahí mismo en aquel lugar se levantó una pequeña iglesia bautizada como Maria Addolorata ed ai santi Ambrogio e Sebastiano, esta parroquia fue construida por los monjes Disciplini.
En la Europa medieval este tipo de osarios eran muy comunes. Sin embargo, no fue hasta el siglo XVII que la capilla fue completamente renovada y adornada con los huesos que los visitantes pueden apreciar en la actualidad.
La decoración interior del lugar estuvo a cargo del arquitecto italiano Giovanni Andrea Biffi, quien recibió el encargo de rediseñar el espacio en estilo barroco. Este a su vez, colaboró con el escultor Sebastiano Sala para crear las elaboradas decoraciones de huesos que adornan las paredes y los techos de la capilla y que la hacen una de las más espeluznantes y fascinantes del mundo.
¿Por qué se utilizaron huesos para decorar este lugar?
Como se mencionó anteriormente, los huesos utilizados para la decoración de las paredes de la capilla San Bernardino alle Ossa procedieron principalmente del cementerio cercano.
Sin embargo, creo que a la gran mayoría les asalta la misma duda: ¿ Por qué razones se usan huesos para decorar un lugar como este? Hay varias razones , entre las cuales destacan:
- Hacinamiento en cementerios: durante la Edad Media, sobrepobladas como Milán enfrentaban un creciente saturación en sus cementerios. Esta situación generó la necesidad de buscar soluciones alternativas para el almacenamiento de restos humanos. Así surgieron los osarios, como el de San Bernardino alle Ossa.
- Simbolismo religioso: la inclusión de huesos humanos en la arquitectura religiosa no solo respondía a una necesidad funcional, sino que también tenía un profundo significado espiritual.
- Expresión artística: más allá de su dimensión simbólica, la ornamentación ósea de San Bernardino alle Ossa representa una notable muestra de creatividad y destreza artística. Los patrones y formas cuidadosamente diseñados con huesos revelan el talento de los artesanos y arquitectos que intervinieron en su construcción.
En la actualidad, este lugar está abierto todos los días de la semana para que así los turistas interesados en conocer y admirar la belleza artística de la Europa medieval puedan recorrer sus pasillos y descubrir la fascinante y a la vez espeluznante capilla de San Bernardino alle Ossa, ubicada en pleno corazón de Milán, Italia. Lee también: Estos 10 destinos europeos son lo más tranquilos, según ranking.
