En una colina de la región de Basilicata, en el sur de Italia, se levanta una ciudad que desafía el paso del tiempo. Matera, conocida como “la ciudad de piedra”, es uno de los asentamientos humanos habitados de forma continua más antiguos del mundo. Declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1993, su historia se remonta a más de 9.000 años atrás, y su peculiar arquitectura tallada en roca la convierte en un destino tan sorprendente como inolvidable.
Durante décadas fue símbolo de pobreza y abandono, incluso fue llamada “la vergüenza de Italia” por las condiciones precarias en que vivían sus habitantes. Sin embargo, en las últimas décadas ha resurgido con fuerza. Este territorio no solo ha recuperado su dignidad, sino que se ha convertido en un destino de culto para viajeros curiosos, amantes de la historia y directores de cine. Lee también: Una iglesia de terror: sus paredes están hechas de huesos humanos.

Una ciudad excavada en la piedra
Lo que más sorprende a los visitantes al llegar a esta ciudad italiana es su paisaje urbano, absolutamente único. El casco antiguo está dividido en dos barrios llamados Sassi (Sasso Caveoso y Sasso Barisano), formados por casas, iglesias, túneles y escaleras excavadas directamente en la roca caliza. Estas viviendas trogloditas, muchas de las cuales datan de la Edad de Piedra, han sido habitadas de forma ininterrumpida por miles de años.
Caminar por los Sassi es como adentrarse en otro tiempo: estrechas callejuelas serpentean entre fachadas irregulares, antiguas cisternas y patios comunitarios que aún conservan la esencia de una vida rudimentaria. Algunos de estos espacios han sido restaurados como hoteles boutique, museos o cafés, respetando su estructura original. El resultado es una fusión armoniosa entre pasado y presente que cautiva a cada visitante.
De la marginación al esplendor
El resurgir de Matera es reciente. A mediados del siglo XX, el gobierno italiano ordenó el desalojo de los Sassi, ya que muchas familias vivían allí sin acceso a agua potable, electricidad ni saneamiento. La ciudad fue estigmatizada y olvidada por el resto del país. Sin embargo, a partir de los años 80 comenzaron los esfuerzos por rehabilitar su centro histórico, valorando su singularidad arquitectónica y su profundo legado cultural.
El punto de inflexión llegó en 2019, cuando esta ciudad fue elegida Capital Europea de la Cultura. Este reconocimiento impulsó inversiones, restauraciones y una programación cultural que atrajo a miles de visitantes.

Qué ver en Matera
Además de perderse entre los Sassi, hay varios puntos imprescindibles para cualquier viajero. Uno de ellos es la Casa Grotta, una vivienda típica restaurada que permite entender cómo vivían sus habitantes hasta mediados del siglo XX. También destacan las iglesias rupestres, muchas de ellas decoradas, como Santa Maria de Idris o San Pietro Barisano.
El complejo de la Civita, coronado por la catedral de Matera, ofrece vistas impresionantes de toda la ciudad. Y para quienes deseen una experiencia más inmersiva, el Parque de la Murgia Materana, al otro lado del cañón, permite observar cuevas prehistóricas y caminar por senderos naturales con panorámicas espectaculares. Lee también: Los 10 países menos poblados del mundo: una mirada a las naciones con menos habitantes.