Hay alerta en Estados Unidos por la presencia de una nueva variante de COVID-19 denominada NB.1.8.1 del virus SARS-CoV-2, que llegó en viajeros internacionales, según confirmaron los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) a Fox News.
Aunque el número de casos es poco, su presencia coincide con un incremento de contagios en varias regiones de Asia, específicamente en China continental y Hong Kong.
El primer caso de NB.1.8.1 en Estados Unidos se registró en California el pasado mes de abril de 2025. Desde entonces, se han confirmado más casos en estados como Ohio, Hawái, Rhode Island y Washington. Le puede interesar: Cinco años desde la pandemia: estas son las lecciones de la Covid
La nueva variante de COVID-19, NB.1.8.1, presenta síntomas similares a los observados en subvariantes recientes de Ómicron. De acuerdo con los reportes médicos y epidemiológicos más actuales, los síntomas comunes incluyen:
- Dolor de garganta
- Tos persistente
- Fiebre leve a moderada
- Congestión nasal
- Fatiga generalizada
Aunque la variante no parece causar una enfermedad más grave que las variantes previas, sí presenta una ventaja de crecimiento, lo que sugiere que podría propagarse con mayor facilidad. “En otras palabras, es más transmisible”.
EE. UU. deja de recomendar la vacuna de COVID-19 a niños y embarazadas
EL Gobierno de Estados Unidos ha decidido limitar el acceso a vacunas actualizadas contra el COVID-19, priorizando únicamente a grupos de alto riesgo como adultos mayores y personas con enfermedades crónicas.

El secretario de Salud de Estados Unidos, Robert F. Kennedy Jr., anunció este martes que el Gobierno deja de recomendar la vacuna de covid-19 para los niños sanos y las mujeres embarazas.
“No puedo estar más satisfecho de anunciar que, a partir de hoy, la vacuna contra el coronavirus para niños sanos y mujeres embarazadas sanas ha sido retirada del calendario de vacunación recomendado por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC)“, dijo Kennedy en un video publicado en X.
Esta decisión ha sido criticada por algunos expertos que consideran necesario mantener la protección generalizada ante la presencia de la nueva variante de COVID-19 en Estados Unidos.