José “Pepe” Mujica pronunció cientos de frases que marcaron su carrera política, su filosofía de vida y su estilo directo. Reflexivas y entrañables, estratégicas y políticas, mordaces y polémicas, sus palabras recorrieron el mundo desde conferencias internacionales hasta entrevistas cotidianas.
“Tengo una cosa: la magia de la palabra”, expresó Mujica cuando le preguntaron si quería agregar algo más sobre su legado. “Quiero que me recuerden como un viejo loco”, dijo en esa misma ocasión, resumiendo su estilo y forma de ver la vida.
Durante su presidencia y en años posteriores, Mujica expuso ideas que resonaron más allá de Uruguay. El 21 de junio de 2012, en la Conferencia de Río+20 en Brasil, preguntó: “¿Estamos gobernando la globalización o la globalización nos gobierna a nosotros? (...) La gran crisis no es ecológica, es política”. Un año después, en la Asamblea General de la ONU en Nueva York, afirmó: “Hemos sacrificado los viejos dioses inmateriales y ocupamos el templo con el dios mercado”.
Sobre el valor de la vida, declaró: “Piensen que la vida humana es un milagro (...) nada vale más que la vida”, también en 2013. Y en 2015, en el documental Human, señaló: “Cuando tú compras algo no lo compras con plata, lo compras con el tiempo de vida”. Lea: Murió Pepe Mujica, expresidente de Uruguay
En cuanto a su visión del poder, sostuvo: “La política es una función (...) sagrada” y que “ni los grandes estados nacionales ni las transnacionales (...) deberían gobernar el mundo”. En 2023, dijo que “es irracional creer que el hombre es trabajador”, en entrevista con DW. En julio del mismo año, advirtió a los jóvenes: “La democracia no es perfecta (...) pero hasta hoy no hemos encontrado nada mejor”.
Mujica también abordó temas polémicos. Sobre el aborto dijo en 2013: “Nadie puede estar a favor (...) pero hay un cuadro de mujeres que se ve en la amargura de tener que tomar esa decisión”. En 2015, sobre el matrimonio igualitario: “Hemos decidido aceptar la existencia de la realidad”.

Algunas frases causaron fuertes reacciones. En 2013, un micrófono abierto captó: “Esta vieja (Cristina Fernández) es peor que el tuerto (Néstor Kirchner)”. Más adelante, dijo sobre Nicolás Maduro: “Está loco, loco como una cabra”. Y sobre la FIFA en 2014: “Son una manga de viejos hijos de puta”.
El expresidente no evitó la autocrítica. En 2018, confesó: “Es la cosa más linda entrar a un banco con una 45 así, todo el mundo te respeta”, recordando su pasado guerrillero. Ese mismo año declaró: “A veces hay cosas que no tienen otra respuesta que la tortura”, hablando sobre los pactos de silencio en la dictadura uruguaya.
En 2019, comentó que “es bastante inútil el feminismo”, y agregó: “La estridencia termina jodiendo a la causa de la mujer”. Ese mismo día, dijo: “La mujer siempre es una madre. Y nosotros andamos por el mundo siempre precisando una”.
En 2022, aseguró que “la ciencia le dice a la política lo que tiene que hacer, pero la política no le hace caso”. Y en 2024, durante la conferencia en que anunció su enfermedad, concluyó: “El quid de la cuestión de triunfar en la vida es volver a empezar cada vez que uno cae”.
Las palabras de Mujica, como sus actos, atravesaron épocas, generaciones y fronteras. Sus frases continúan circulando, como él mismo afirmó, con la intención de “transformar la bronca en esperanza”. Lea: ¿Quién fue Pepe Mujica? De guerrillero a presidente de Uruguay
Otras frases destacadas de Pepe Mujica:
- “El verdadero triunfo en la vida es levantarse y volver a empezar”.
- “No hay cosa más importante que el amor, pero por lejos. Hay que reverenciarlo, hay que cuidarlo. Y cuando se es viejo, el amor sigue existiendo, pero ya no es la fogata que era, sino una dulce costumbre, un compañerismo, una forma de huirle a la soledad, que es tal vez el mayor castigo”.
- “Si te consagras en un pagador de cuentas por vivir a crédito y te comés todos los versos de la sociedad consumista, vas a ser muy útil para la acumulación de capital, pero no te va a quedar tiempo para vivir tu vida”.
- “Sé que soy un viejo raro, algo así como un neoestoico, para mí pobre es el que precisa mucho o, como dicen los aimaras, pobre es el que no tiene comunidad. Yo no estoy solo en el mundo, tengo muchos compañeros y qué más puedo pedir”
- “La vida es la aventura de las moléculas. Venimos de la nada y vamos a la nada. La aventura es el cacho este que estamos vivos. Pero como es algo cotidiano no le solemos dar el valor que tiene y en realidad es la cosa más valiosa de todo lo que podemos tener”.
- “La vida ha sido generosa conmigo, me pegó cada mamporro que Dios me libre. Siete años sin libros y en una pieza como esta o más chica. Y salí vivo y llegué a presidente. ¡Qué más puedo esperar. (Recordando el tiempo en que estuvo preso).
- “Yo no tengo la culpa de ser un estoico. Como vivo en un mundo bastante superficial, la gente hay cosas que le parecen chifladura. Le llaman cultura de pobrismo”.
- La sobriedad es “la única garantía” para ejercer la libertad.- “La política es una pasión y se tiene o no se tiene, es como el amor. No se puede hacer política por decreto. Es inmanente, el que no la tiene y le gusta la plata que se dedique a los negocios. Los que hacemos política de vocación es porque nos gusta, no porque nos mandan o nos convenga. Está todo entreverado eso. Hay gente que lo único que está buscando es acomodarse para trabajar poco”.
- “Yo soy una especie de campesino frustrado, me gusta la tierra y me entretengo en eso. Otros tendrán otros divertimentos. Es una pequeña cosa para el mundo, pero grande para mí por mi manera de ser” (ya jubilado en su chacra -finca rural-).
- “Veo que tengo 83 años y me voy acercando a la muerte. Quiero tomarme licencia antes de morirme, sencillamente, porque estoy viejo. Hay un tiempo para venir y otro para irse y así como se caen las hojas de los árboles también nos caemos nosotros. La vida continúa, no es tan importante”. (Cuando anunció que dejaba su escaño).
- “Cuando se es joven se necesita un poco de utopía, creer en algo. El mundo de hoy no motiva a los jóvenes. Se pierden en el consumismo atroz o frecuentemente se pierden en la soledad”.
- Los jóvenes de su tiempo fueron “capaces de dejar trabajos, ir presos, jugarnos la vida y todo lo demás, porque creíamos en algo”; a los de hoy “les toca vivir un tiempo medio insípido (...). Para vivir con juventud hay que tener una causa, una causa es una manía”.