El Vaticano amaneció este miércoles 7 de mayo con el inicio oficial del cónclave, el evento más importante en la vida de la Iglesia Católica cuando la sede de Pedro queda vacante.
A primera hora, en una Basílica de San Pedro colmada de fieles y rodeada de expectativa internacional, se celebra la Misa Pro eligendo Pontifice, en la que los cardenales electores piden guía espiritual antes de iniciar las votaciones.
Más tarde, los 133 cardenales con derecho a voto, todos menores de 80 años, se trasladarán en solemne procesión desde la Capilla Paulina hasta la Capilla Sixtina, donde se llevará a cabo el proceso más reservado y simbólico del catolicismo: la elección del nuevo Pontífice.
Ceremonia cargada de simbolismo
La jornada arrancó con un llamado a la unidad y al discernimiento. Durante la misa matutina, presidida en latín y transmitida a millones de fieles por televisión y plataformas digitales, los cardenales recuerdan la responsabilidad que tienen al elegir al próximo sucesor de San Pedro.
Una vez concluida la liturgia, los electores ingresarán en completo silencio al lugar donde se tomará una de las decisiones más trascendentales para la Iglesia. En la Capilla Sixtina, cada uno de los cardenales jurarán mantener en secreto lo que allí ocurra, cumpliendo así con una de las normas más estrictas del cónclave.

Sin votaciones en la mañana
Tal como se había anticipado, este primer día no contará con votaciones durante la mañana, ya que el tiempo fue destinado a la misa inaugural y al ingreso formal de los cardenales al recinto.
Solo se realizará un bloque de votación en la tarde, y dependiendo de los resultados, podría haber una primera fumata desde la chimenea instalada sobre la Capilla Sixtina.
Según el protocolo establecido, la señal de humo debería verse poco después de las 7:00 p.m. (hora local en Roma). Si es de color negro, indicará que aún no hay consenso sobre quién debe ocupar el trono de San Pedro. Si es blanca, significará que el nuevo Papa ya ha sido elegido.