La fortuna de Elon Musk se ha visto seriamente afectada luego de su controvertida incursión en la política estadounidense. Desde que asumió funciones como empleado especial del gobierno de Donald Trump, el empresario ha perdido cerca del 25% de su patrimonio, según cifras del Índice de Multimillonarios de Bloomberg.
La caída representa un golpe financiero de US$113.000 millones, impulsada en gran parte por la drástica depreciación de las acciones de Tesla, la única de sus compañías que cotiza en bolsa.
Musk, conocido por liderar firmas como SpaceX, Neuralink y la startup de inteligencia artificial xAI, asumió un rol sin precedentes dentro del aparato gubernamental. Se convirtió en una figura clave en decisiones estratégicas y políticas, participando en reuniones privadas del presidente con líderes internacionales y miembros del gabinete. Lea: Elon Musk anuncia reducción de su trabajo en el Gobierno de Trump
En su papel como la cara visible del proyecto conocido como Doge, también intervino en organismos federales, modificando estructuras y regulaciones en múltiples agencias.
La presión del mercado no tardó en reflejarse. Desde su llegada oficial a la administración, las acciones de Tesla han retrocedido un 33%, en medio de una caída sostenida en las ventas de vehículos eléctricos y un ambiente de desaprobación pública. Si bien sus otras empresas han accedido a nuevas fuentes de financiamiento, los inversionistas han penalizado con fuerza a Tesla, que representa una porción significativa de la riqueza personal de Musk.
Un periodo de agitación política y financiera
Las decisiones impulsadas desde Doge, el grupo que lidera Musk dentro del gobierno, prometían recortes ambiciosos. El magnate aseguró que reduciría el gasto público en US$2 billones. Sin embargo, según cifras oficiales del propio Doge, los ahorros alcanzan apenas los US$160.000 millones. Esta brecha entre expectativas y resultados ha alimentado la crítica pública y ha impactado la imagen del empresario.
“Son 100 días de destrucción”, señaló Elaine Kamarck, directora del Centro para la Gestión Pública Eficaz de la Brookings Institution. “Doge está cortando músculo, no grasa. Elon Musk está cargando con gran parte de la culpa de las decisiones de Trump, y la gente ha decidido odiar más a Musk que a Trump”.
De acuerdo con una encuesta conjunta del Washington Post, ABC News e Ipsos, el 57% de los estadounidenses desaprueba el trabajo de Musk en Washington, un aumento notable respecto a los niveles de febrero, cuando esa cifra era inferior a la mitad.
El propio Musk ha irritado tanto a miembros del Congreso como a integrantes de la administración Trump. Según fuentes cercanas a las reuniones internas, actualmente se ve obligado a informar con regularidad a la jefa de gabinete de la Casa Blanca, Susie Wiles, con el objetivo de mantener un canal abierto sobre sus decisiones y movimientos.
Pese a la creciente controversia, un funcionario de la Casa Blanca confirmó que no se ha producido ningún cambio en el estatus de Musk como empleado especial. Las empresas involucradas —Tesla, SpaceX y el propio Musk— no emitieron comentarios tras las solicitudes de respuesta sobre el tema.