Una fuerte explosión ocurrida en el puerto de Shahid Rajai, en la ciudad sureña iraní de Bandar Abás, dejó al menos 28 muertos y más de 800 heridos, según el último balance oficial de las autoridades locales.
El incidente, que tuvo lugar el sábado al mediodía, ha causado una gran conmoción en el país, que ha declarado un día de luto nacional para este lunes en memoria de las víctimas.
La detonación, originada por el incendio de varios contenedores de material químico, generó una onda expansiva tan potente que se sintió a una distancia de hasta 50 kilómetros, provocando un temblor en las zonas cercanas.
La explosión también causó un incendio masivo en el puerto, que sigue activo, aunque las autoridades informaron que se ha logrado controlar en un 80%. Lea: Explosión en Irán: confirman la muerte de 5 personas y más de 700 heridos
Según el jefe de la Media Luna Roja iraní, Mohammad Javad Kulivand, el balance de víctimas es provisional, pues “al menos 20 de los 190 heridos hospitalizados se encuentran en estado crítico en la unidad de cuidados intensivos”. De acuerdo con los últimos informes, más de 800 personas resultaron heridas en el incidente, aunque la mayoría de ellas ya han sido dadas de alta o recibieron atención médica ambulatoria.
La lucha contra el fuego
El fuego, que aumentó en intensidad debido a los fuertes vientos en las primeras horas del domingo, sigue siendo un desafío para los equipos de emergencia. Los bomberos, apoyados por helicópteros y aviones cisterna de la Guardia Revolucionaria, han trabajado incansablemente para contener el incendio. A pesar de sus esfuerzos, las llamas no han sido completamente extinguidas.
El presidente iraní, Masud Pezeshkian, viajó hasta Bandar Abás para conocer la magnitud de la tragedia y visitar a los heridos hospitalizados. En su recorrido por la zona siniestrada, Pezeshkian expresó su solidaridad con los afectados.
Investigación sobre las causas de la explosión
El Ministerio de Defensa de Irán ha indicado que aún se desconocen las causas exactas de la explosión, pero ha desmentido las versiones que apuntaban a que el incidente estaba relacionado con materiales militares. Según el portavoz del ministerio, el general de brigada Reza Talai Nik, “no hubo ni hay cargamento importado o exportado para uso militar en la zona del incendio”.
Esta declaración responde a informes de medios internacionales que sugirieron que el puerto había recibido en marzo un cargamento de combustible para misiles, específicamente “combustible de cohetes de perclorato de sodio” proveniente de China. Sin embargo, las autoridades iraníes han rechazado estas acusaciones y denunciado intentos de “crear un gran revuelo” sobre la situación. Las investigaciones continúan, y las autoridades han pedido esperar los resultados de las instituciones responsables.
Reacciones oficiales y medidas de seguridad
El gobierno iraní ha declarado este lunes como día de luto nacional en honor a las víctimas del desastre. La portavoz del gobierno, Fatemeh Mohajerani, expresó su solidaridad con las familias afectadas, afirmando: “Irán está a su lado”. Además, el Ministerio de Salud emitió una alerta sanitaria, instando a la población de la provincia de Hormozgan a evitar salir de sus hogares debido a la posible liberación de gases tóxicos producto del incendio.
La tragedia también ha afectado las actividades cotidianas en la región. Durante el domingo, las escuelas, universidades y oficinas permanecieron cerradas como medida preventiva, mientras los equipos de emergencia continúan trabajando en la zona.
Este ataque se suma a una serie de incidentes ocurridos en los últimos años en instalaciones sensibles de Irán. En 2020, el puerto de Shahid Rajai sufrió un ataque cibernético, que las autoridades iraníes atribuyeron a Israel.
Aunque no se puede establecer un vínculo directo con la explosión reciente, los antecedentes de amenazas a infraestructuras clave siguen siendo un tema sensible en la región.
A medida que continúan las investigaciones, el impacto de la tragedia no solo se mide en términos de víctimas mortales, sino también en las repercusiones económicas y sociales de un puerto clave para las importaciones y exportaciones de Irán.