La administración estadounidense ha reavivado el debate sobre el origen del coronavirus al responsabilizar directamente al Gobierno chino por una supuesta fuga de laboratorio en Wuhan, señalando que esta sería la causa del inicio de la pandemia de COVID-19.
Según el sitio web oficial Covid.gov que durante el mandato de Joe Biden estaba enfocado en promover la vacunación, investigadores del Instituto de Virología de Wuhan (WIV) “enfermaron con síntomas similares a los de la COVID en el otoño de 2019 meses antes de que se descubriera la COVID-19 en el mercado de animales”.
Esta declaración, visible en una página encabezada por una fotografía a cuerpo entero del expresidente Donald Trump y el título “El verdadero origen de la COVID-19″, ha desatado una nueva ola de controversia tanto en el ámbito político como científico. Lea: China enfrenta aranceles hasta de 245% impuestos por el Gobierno Trump
En el mismo portal se lanza una crítica directa contra Anthony Fauci, exjefe del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas, por haber respaldado la teoría de que el virus surgió de forma natural. Además, se denuncia que “lo más flagrante es que el Gobierno federal demonizó los tratamientos alternativos y desaprobó narrativas, como la teoría de la fuga de laboratorio, en un vergonzoso intento de coaccionar y controlar las decisiones sanitarias del pueblo estadounidense”.
Este renovado impulso a la hipótesis del laboratorio se da tras un cambio de postura de la Agencia Central de Inteligencia (CIA). A finales de enero, la agencia aseguró que ahora considera “más probable” que el virus haya salido de un laboratorio en China, dejando atrás su posición previa, en la que equiparaba esa posibilidad con la de un origen natural.
Este viraje en la narrativa coincidió con la llegada de John Ratcliffe a la dirección de la CIA, nombrado por Donald Trump, quien durante su presidencia utilizó reiteradamente expresiones como “virus de China” para referirse al coronavirus, en un tono que ha sido ampliamente criticado a nivel internacional.
La tesis de la fuga de laboratorio, considerada por muchos como una teoría de la conspiración en los primeros meses de la pandemia, ha ganado notoriedad en círculos conservadores en Estados Unidos, especialmente en el entorno del expresidente Trump, que ha utilizado el tema como parte de su estrategia política de cara a futuras contiendas electorales. Mientras tanto, el Gobierno chino continúa negando cualquier responsabilidad en el origen del virus.