Una turista italiana de 74 años contrajo una infección grave y resistente a los antibióticos luego de bañarse en el mar Mediterráneo con una herida abierta en la pierna. El caso, considerado poco frecuente en humanos, fue documentado recientemente por especialistas del Hospital San Paolo de Milán.
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ColprensaLa mujer, que se encontraba de visita en Valencia, España, se había lesionado la espinilla dos semanas antes tras una caída sobre unas rocas. Pese a la herida, decidió nadar en aguas poco profundas del litoral español. Poco después, su pierna comenzó a presentar inflamación, secreción de pus y un deterioro acelerado en la zona afectada.
De regreso a Italia, fue atendida en el hospital milanés, donde los médicos identificaron una infección de tejidos blandos provocada por Shewanella putrefaciens , una bacteria que habita en ambientes salinos y que rara vez afecta a los humanos. Esta especie bacteriana, aunque inusual, puede sobrevivir en el tejido humano y representa un riesgo para personas con sistemas inmunológicos comprometidos o heridas sin cicatrizar. Lea: Jóvenes querían seducir con feromonas y terminaron hospitalizados
Una ecografía reveló que la infección no solo afectaba la superficie, sino que se había extendido hasta capas profundas de los tejidos blandos. La lesión alcanzaba una longitud cercana a los 10 centímetros, similar al tamaño de un teléfono móvil de grandes dimensiones.
En un primer intento de tratamiento, se le suministró amoxicilina, pero la respuesta fue nula. Posteriormente, se recurrió al uso de ciprofloxacino, un antibiótico de segunda línea, que tuvo que ser interrumpido luego de cinco días debido a los efectos secundarios que presentó el paciente.
Aunque no se registraron síntomas sistémicos como fiebre, la recuperación fue lenta y la herida tardó varias semanas en cicatrizar. Los médicos señalaron además que la mujer presentó una persistente persistente en el tobillo, posiblemente causada por daño en el sistema linfático.
En el artículo publicado en Journal of Medical Case Reports , los especialistas advirtieron sobre los riesgos asociados al vertimiento de contaminantes al mar. “Las aguas residuales vertidas desde plantas e instalaciones de tratamiento al mar, que contienen antibióticos y metales pesados, pueden desempeñar un papel en el desarrollo de resistencia a los antibióticos”, explicaron los autores.
Este caso resalta la importancia de extremar precauciones al exponerse al agua salada con heridas abiertas, especialmente en contextos donde la calidad del agua puede estar comprometida por residuos industriales o farmacéuticos.